‘Amancio, vampiro de pueblo’, de Alejo Ibáñez (2022) [Reseña]

Amancio, vampiro de pueblo: la novela basada en el personaje de Alejo Ibáñez Pérez, que ha salido de la tumba para convertirse en todo un fenómeno.

Amancio, vampiro de pueblo

Nada más sencillo que una risa fundada en un humor natural y creíble; y nada más terrorífico que un vampiro en un pueblo de León. O no. Porque Amancio es, a partes iguales, un personaje de perfil dramático y cómico “de los de antes”.

Tras la producción del cortometraje Amancio, vampiro de pueblo, su autor y director Alejo Ibáñez ha dado a luz la novela definitiva sobre su pintoresco personaje. Y voy a desgranar un poco qué me ha parecido y qué he encontrado en esta historia.

Contexto y escenario

Nace en Santa Marina del Rey (León) a finales del siglo XIX. Amancio es hijo de una familia humilde en un pueblo de escasos recursos culturales y económicos, pero allí no parece faltarles nada. De familia numerosa, desde pequeño va dando tumbos de aquí allá afectado por su indiscutible afición a empinar el codo. La novela relata la vida hasta nuestros días de una persona que, a pesar de los sinsabores de la vida, siempre estuvo a la altura de las circunstancias.

Riqueza cultural

La novela está plagada de cultura rural y típica de la comarca leonesa y de su época. Así encontramos palabras como conrobla, parva, mosquilones, entre otras muchas más, además de vocablos leoneses. El escenario costumbrista es tan importante como el propio Amancio, sin el cual no se podría dar la historia tal como sucede, ya que paseamos por un amplio decorado de folclore y cultura de León, así como de una España empobrecida, la Guerra Civil, la posguerra…

Sociedad e Historia se dan la mano como guías de lo que fue la vida en una época que nos parece tan lejana y de la que quedan vestigios vivientes en alguna parte que ayudan a recordarnos que había héroes en nuestros pueblos.

El personaje de Amancio

Gran parte de la novela está dedicada a un hombre, desde bebé, pasando por su infancia y juventud, anclado a la bebida y los desastres que provoca o follones donde se mete. Podríamos decir que es la historia de un hombre cualquiera, en un pueblo de una España concreta. El contexto antes comentado convierte a Amancio en alguien cercano, que todos hemos podido conocer por nuestros abuelos y familia. Por esa sencilla razón no se puede decir que sea solo una novela de vampiros, ni de terror, sino mucho más, pues trasciende a todo eso.

Después de situar bien al personaje, definido con un carisma muy potente y de profunda personalidad, nos preguntamos cómo se las arreglará cuando sea vampiro. Todos hemos visto o leído historias de vampiros en situaciones y contextos de lo más variopinto, pero —yo al menos—, jamás me había topado con uno como Amancio.

Amancio, pues, tiene buen fondo y personalidad, es rebelde, bruto, rencoroso y amador de los suyos. No es perfecto —¿quién lo es?—. El interés de la novela radica en el incuestionable realismo en el que se desenvuelve todo, fantasía vampírica aparte; y en el sano humor en el que ya apenas nadie parece interesarse hoy en día, pero que marca por completo la personalidad de la narración convirtiéndola, por supuesto, en ejercicio para la mejor risoterapia.

“Fíjate si será malo trabajar, que en esta vida es por lo único que te pagan. ¡Por todo lo demás pagas tú!”

Amancio, vampiro de pueblo

Humor

¿Quién dijo que el humor sigue también modas? Al parecer las corrientes culturales se renuevan cada tantos años y a veces nos vemos arrastrados, como en muchos aspectos de nuestras vidas sociales, a reírnos de lo que se ríe todo el mundo. Pero en Amancio, vampiro de pueblo, no ocurre eso.

Para hacer reír a alguien no hace falta recurrir a chistes casposos, forzados, rebuscados o desgastados, sino a describir situaciones de vida que, por sus características únicas las hacen divertidas, memorables. Alejo Ibáñez ha echado mano de ironía y elocuencia, mezcladas con un toque de socarronería, sarcasmo y osadía. Quizá os haya explotado la cabeza al leer esto, pero así es como puedo describir el humor en la pluma del autor.

Sin embargo, no necesito utilizar demasiados artificios para explicar algo que hace reír de manera natural y entrañable. El propio Amancio es, de por sí, la personificación de la calamidad.

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Alejo Ibáñez. Foto: Diario de León

Un vampiro muy de pueblo

Cuando le llega la hora, encontramos con que Amancio se convierte en vampiro de la manera más tradicional que conocemos: la mordedura de otro vampiro. Eso no es algo que nos sorprenda. Pero sí que llama la atención. Porque el vampiro que vamos a conocer es, en parte, el típico, “el de toda la vida” (en boca del autor). Y digo en parte porque no todas las características del clásico “Drácula” son desarrolladas por Amancio. No daré muchos detalles porque, en este aspecto, sería desvelar puntos notables de la historia, pero sí os diré que —con más razón si habéis visto el cortometraje— que Amancio no puede soportar la luz del sol, el ajo, etc…

Llegados a este punto, un señor casi analfabeto, borracho y vago —según para qué—, en un pueblo de la década de los sesenta, convertido en vampiro… es toda una anécdota que va más allá del vampiro “yeyé” de Pajares. ¿Cómo se desenvolverá Amancio llegado el momento?

Terror y drama

Más bien poco, y sin embargo hay cierta escena en la novela que alcanza cotas violentas que no encontramos en el resto. Pero algún defecto debía de tener Amancio, ¿no? No todo son risas e ignorancia, situaciones cómicas ni dramáticas. Siempre hay hueco para la sangre, que es de lo que se trata, y que define aún más al personaje con sus pros y sus contras.

Un vampiro feroz

Alejado de la bonachonería que exhala el personaje, Amancio también tiene sus bajos instintos vampíricos, y cuando le coge manía a alguien… mejor no estar cerca. Esto lo apunto porque me resulta importante para mostrar los registros de la novela, en cómo el autor maneja a su personaje. Lo veremos también hacia el final, cuando entrado el siglo XXI Amancio se ve solo en un mundo del que solo quedan piedras, literalmente.

La soledad de la eternidad hará a Amancio replantearse el sentido de la vida (la no-vida, en su caso). Desconsolado, aprisionado en las cuatro paredes de una cárcel de olvido, con sus recuerdos y pensamientos, nos hace pensar en el valor de la vida. Aunque nosotros no seamos vampiros.

“Una cosa era pasar la eternidad metido en un pueblo abandonado pero sentía que vivir para siempre sin una gota de alcohol, ya no había paisano que lo aguantase”.

Amancio, vampiro de pueblo

Conexión con el cortometraje

Muchos estaréis esperando a que lo comente, aunque no quiero contar demasiado, pero sí. La novela llega hasta el cortometraje, y más allá. Porque desarrolla esa incógnita que nos quedó pendiente al final y que lo hizo tan auténtico —creo que, con alguna pequeña diferencia, si no me equivoco—, y que termina en un final desbocado, casi esperpéntico, que deja con más ganas de saber qué deparará esta etapa del siglo XXI a Amancio. No sé si Alejo ya tenía escrita la historia de Amancio, o como mucho esbozada como idea inspiradora en su creativa mente, pero ha sido un placer leer las escenas que vimos en el cortometraje, tan lleno de vida por sí solo.

Reconozco que mientras leía era como si viese al mismo Felipe Vélez sobre el papel, interpretando al maduro Amancio, oyendo su voz y sintiendo sus gestos, más allá del pequeño ejercicio en la pantalla. Sí, creo que el personaje es ideal para el actor.

Mi valoración final

El juego anda entre el orujo y las galochas de Amancio, el bar Barrallo y el vino leonés. No puedo más que rendirme frente a la riqueza cultural esparcida por todo el relato, el humor socarrón y canalla del autor, volcado todo en este chupito concentrado que es Amancio, vampiro de pueblo (¡el de toda la vida, oiga!). Que voces como esta sigan entrando en el río de la literatura.

No creo que sobre o falte nada a la novela, dejando a un lado las ganas de más, y que se lleva un trozo de mí al acabar la última página. El tercer libro que me ha sacado buenas carcajadas en mi vida, y es algo difícil de conseguir. Alejo Ibáñez ha conseguido guardar al lector en el bolsillo (o bajo la boina) con una historia de ritmo arrollador, descripciones honestas, que fluye por sí misma. ¿Brindamos con un orujo de Amancio? ¿Algún día abrirá de nuevo el bar Barrallo?

“De aquella manera se sentía Amancio, encerrado en la bodega por el día mientras en el piso de arriba la gente caminaba, reía, bebía, vivía… Podía oler la sangre que bombeaban sus corazones pero Rosenda solo le alimentaba a base de morcillas. Esas eran las normas.”

Amancio, vampiro de pueblo

Amancio, vampiro de pueblo. De Alejo Ibáñez Pérez

amancio, vampiro de pueblo

Autoeditado. 2022.

Rústica. 308 páginas.

También puedes encontrar la novela en cartoné y versión Kindle.

ISBN-13: ‎979-8808185616

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Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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