Aquí termina el asombroso periplo iniciático de Arniayán. Antes de la edad durmiente nos dejará con un amargo adiós y muchas esperanzas.
Antes de la edad durmiente. Reseña literaria
La saga de Arniayán es una apología del libro y la sabiduría que transmite, desde los primeros tiempos, la palabra escrita. Incluso, en ocasiones, va más allá, con la expresión oral heredada. Su autor, Santiago Fernández Santos, concluye este año 2023 la historia de un bibliotecario de la Biblioteca Nacional, que se ve enredado en varias tramas alrededor de libros ancestrales, repletos de secretos, misticismo y peligros que los acechan.
Porque, reconozcámoslo, los libros y el saber siempre han sido perseguidos en algún momento de la Historia, y hoy en día más que nunca: “Llegará un día en que todos los libros serán quemados por ley (…). Todo lo escrito será borrado, consumido por el fuego como tantas veces hicimos en el pasado. Y serán los propios ciudadanos quienes arropen esta iniciativa”.
Esa terrorífica última afirmación, pues, se ha convertido en una moda revolucionaria en la sociedad occidental.
-Ahora, resulta más interesante que cada uno se autocensure.
Antes de la edad durmiente. Santiago Fernández Santos.
-Pues he aquí un bibliotecario.
Argumento y temas
Pero no adelantemos acontecimientos. Antes de la edad durmiente envuelve a su protagonista, que ya ha puesto en práctica todos los conocimientos aprehendidos en los dos libros anteriores, en el enfrentamiento más duro que haya enfrentado: los hombres vacíos quieren borrar el conocimiento de las sociedades, tornar al pensamiento básico —si puede llamarse «pensar» a eso—. Por ello, buscan un códice del siglo IX, escrito por el astrónomo persa Alfraganus.
Las conexiones con el primer y segundo libro serán continuas y cruciales para la trama y desarrollo de esta aventura, que dejará desgracias allá por donde ocurran sus acontecimientos. Pero de una manera serena, desplegando la información acumulada hasta el momento y, sin embargo, centrándose en una historia nueva. En referencia a la inclusión de tantos datos volcados en las dos lecturas anteriores, el autor lo ha hecho fácil, sin perderse en qué o quién, dónde o cuándo ocurrió. Es verdad que leer los libros de año en año puede resultar en un cierto olvido, así que recomiendo leerlos con pocos meses o semanas de intermedio para que sean más fáciles de asimilar.
No existen dádivas en el mundo de la nigromancia. Nada es gratuito.
Antes de la edad durmiente. Santiago Fernández Santos.
En Antes de la edad durmiente encontramos un tema de fondo, fundido con el argumento principal: la conservación de los libros, historia de España y más curiosidades sobre las palabras de la RAE. Si hay algo que Santiago hace bien, es dotar a cada una de las historias de un velo o escenario secundario, en el que desarrollar esa pasión cultivadora por la lengua española y esos palabros tan desconcertantes que a veces desconocemos que siguen ahí, en el poso lingüístico, reposando a la espera de que alguien los remueva para salir a flote, aunque sea solo por simple curiosidad.
Ya lo hizo en La danza de Azulay y en Judas, Dagas y dudas. La trilogía ha seguido un esquema singular y propio que no ha defraudado en la última entrega. Así pues, aquí Arniayán también ha encontrado a una mujer fascinante que esconde mil secretos y, por descontado, posee un carisma arrollador en múltiples sentidos. Los más llamativo son las pistas que, a lo largo de los dos títulos que preceden al presente, ha sido sembradas para una aventura definitiva, la propuesta en Antes de la edad durmiente. No puedo desvelar nada, sería un crimen imperdonable, pero os aseguro que esos flecos extraños que quedaban sin explicación, cobran todo el sentido del mundo. Ya nos explicó Santiago, en su intervención en nuestro podcast, que pasó más de diez años escribiendo esta saga. Al parecer, existe paralelismo entre tiempo y calidad.
La Orden
Santiago va en línea con mis pensamientos, y por ello sus libros han resultado una gran revelación para mí, ya no en cuestión literaria, sino reflexiva, que es a lo que nos invita constantemente. Los hombres vacíos, esa especie de Orden que opera a lo largo de todo el mundo, pretende, como decía, nublar el pensamiento de la gente, hacer desaparecer el pensamiento individual y que tanto nos ayuda a agruparnos en colectivos. La destrucción de los crisoles de sabiduría ancestral parece ser uno de sus pasatiempos favoritos. Este mundo que estamos viviendo, este modelo social tecnológico basado en las relaciones a través de internet, es una de las muchas aplicaciones que esta Orden, de existir realmente, podría implementar en los individuos.
Tened en cuenta que en la era de mayor relación social, tenemos menos contacto personal que hace unos veinte años. El hombre es un animal social. Pero, ¿qué pasa si le cambiamos el modo de socializarse? ¿Vale igual hacerlo presencialmente o a distancia? Mientras tengamos nuestra dosis, es posible que nos alejemos, paulatinamente, de esa vida que muchos conocimos donde verse y disfrutar en familia o amigos valía mucho más que los mensajes que puedas enviar a través de una aplicación móvil durante un año entero.
Lo que realmente les hace felices es estar sentados en la orilla, sin mojarse, contemplando el horizonte desde un lugar seguro. Un horizonte al que nunca se encaminarían, aunque no paren de fantasear con ello.
Antes de la edad durmiente. Santiago Fernández Santos.
Pero no quiero irme por las ramas con mis alocadas manías. El centro de atención está en ese período reciente que hemos atravesado en todo el mundo, obligados por ciertos poderes fácticos a alejarnos de, o perder, lo que más queremos, tanto material como sentimental. Mirando hacia atrás, lo que relata Fernández Santos es la triste realidad. Muchos han perdido el ímpetu y alegría de vivir cada día, otros se habrán doblegado a la comodidad de su hogar, donde no les falta de nada mientras provenga de una pantalla; otros, habrán sentido la necesidad de salir más que nunca de su cáscara, y habrán abierto los ojos. Estos últimos entenderán y disfrutarán por igual Antes de la edad durmiente, la mayor conspiración contra el saber del ser humano y el peor atentado que pueda sufrir toda una sociedad, manipulada mentalmente para adormecer su criterio, y vivir una vida «plena» sin sentido alguno.
La cuestión es: ¿cómo lo hará la Orden 451? ¿Qué nuevo libro estará en peligro? ¿Por qué se ve envuelto Arniayán en toda esta trama? Y, lo más importante: ¿quién es realmente Arniayán?
Valoración final
La familiaridad de los ingredientes básicos de la saga de Arniayán la convierten en una amiga con la que evadirse e internarse en vericuetos trascendentales y poco comunes de la vida, la ciencia y las artes místicas. De magia no hablemos, pues Antes de la edad durmiente ofrece una dosis más explícita de la misma, sin llegar a esa fantasía pastosa más propia de adolescentes.
Los tipos de novela nos definen, en gran parte. Por fortuna, yo mismo me dejo definir por ellos. Y quien se acerque a este libro, se verá reflejado, seguramente, o en gran parte, por su contenido. Un libro para lectores atentos, sin prisas, y con carisma literario, donde poder indagar en simbolismos continuos, ese halo lírico que desprende desde el primer título o, simplemente, por la personalidad atrayente de sus personajes, empezando por sus propios nombres.
Se echará de menos. Aquí termina el camino de Arniayán y de los lectores que lo han acompañado, y empieza otro. La vida es un bucle iniciático que atraviesa múltiples etapas. ¿A dónde le llevarán a Arniayán?
Que la muerte nos pille bien vivos.
Antes de la edad durmiente. Santiago Fernández Santos.
Antes de la edad durmiente. Santiago Fernández Santos, 2023.
Autoedición.
Rústica sin solapas.
Fotografías en B/N. 258 páginas.
ISBN: 9798391259275
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Tripulación CosmoVersus
- Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.
