‘2001, una Odisea del espacio’, de Arthur C. Clarke, 1968 [Reseña]

2001, una Odisea del espacio. Aprovechando que no había visto nunca la película, me he marcado un nuevo tanto con este libro, cuya historia está compuesta por una saga de cuatro en total.

2001, una odisea del espacio (Contiene detalles)

Ya sabía a lo que enfrentaba después de haber leído El Centinela, cuya reseña también publiqué en este mismo blog. Es una recopilación de relatos cuyo título principal sería el caldo de cultivo para 2001…. En esta ocasión, el tema del monolito desenterrado se recupera para dar inicio a una saga intensa que llevaría al autor a permanecer escribiendo la historia durante 30 años. La última entrega se publicó once años antes de su fallecimiento.

2001 odisea espacio

En 2001 es hallado una placa rectangular enterrada en la Luna, datada al menos de tres millones de años de antigüedad. Al ser destapada comienza a emitir una señal misteriosa. Dos años después, una tripulación en misión a Júpiter de cinco astronautas (tres de ellos en hibernación) viajan a bordo de la nave Discovery, que lleva integrada la computadora más inteligente construida jamás, la HAL-9000. Pero pronto comenzarán a ocurrir algunos hechos que pondrán en peligro a los tripulantes, ignorantes de la verdadera misión a la que se dirigen…

El principio

En la primera parte del relato Clarke se delata a sí mismo con su estilo personal, de fácil identificación. Las sensaciones de los monos humanoides, el ambiente casi espiritual de la sabana africana hace millones de años… todo ello me ha producido ese vértigo del que hablaba en el anterior artículo, profundos sentimientos de lo desconocido, lo antiguo, del misterio de la vida. Precisamente ahí está la clave: en la incursión del monolito en la evolución del mono humanoide. El lector sentirá lo mismo cuando invada esa remota época, tan diferente a lo que es ahora.

Si bien una parte del relato me ha resultado tediosa y soporífera -páginas y páginas describiendo las acciones mecánicas de las naves y las estaciones espaciales-, que no es nuevo para mí -creo que fue con Refugiado que me pasó lo mismo-, del resto no tengo queja.

Conclusiones

Ahora vayamos con mis comentarios y conclusiones. Pese a que habrá otras referencias por escrito y en imágenes anteriores a esta novela (1968), no deja de sorprenderme una similitud con el internet de hoy en día reflejado en el relato. Concretamente en este párrafo lo describe con mucha exactitud:

«Floyd se preguntaba a veces si el bloque de noticias, y la fantástica tecnología que tras él había, sería la última palabra en la búsqueda del hombre de perfectas comunicaciones. Aquí se encontraba él, muy lejos en el espacio, alejándose de la Tierra a miles de millas por hora, y sin embargo en unos pocos milisegundos podía ver los titulares de cualquier periódico que deseara (Verdaderamente que esa palabra de «periódico» resultaba un anacrónico pegote en la era de la electrónica). El texto era puesto al momento automáticamente cada hora (…)».

2001, una odisea del espacio.
Escena de la adaptación al cine
Escena de la adaptación al cine

Desentrañando el texto

Fijaos en lo de los «milisegundos» y «el texto era puesto al momento». Tal como hacemos hoy día con los buscadores al hacer clic en algún enlace. Y más chocante aún lo de «anacrónico» en la «era de la electrónica»: igualmente en estos últimos años hemos desdeñado algunas palabras para sustituirlas por algo más tecnológico, acorde con la época que vivimos, la era de la tecnología, las redes sociales y la información.

Como dato curioso se describe un hecho que me ha rememorado esas sociedades asimovianas donde las personas sienten aversión a la Tierra y su masificado y hostil ambiente abarrotado de seres humanos. Lo encontramos en la hija de un empleado de la estación lunar:

«-¿Te gustaría ir a la Tierra? (…)

-Es un lugar desagradable. Una se hace daño al caer. Además, hay demasiada gente (…).»

La base Clavius, un enorme conglomerado de instalaciones de investigación lunar, con oficinas, laboratorios, viviendas para los empleados y sus familias y toda clase de ocio, recuerdan también los principios de la terraformación dentro de este género literario, la ciencia ficción, concepto muy explotado por varios autores, entre ellos también Asimov.

orson welles la guerra de los mundos
Orson Welles en la representación radiofónica de ‘La Guerra de los Mundos’

Referencias con otros autores

Llegados a este punto, Clarke realiza reflexiones sobre el abandono del cuerpo humano para mantener el cerebro -o la mente, para ser exactos- dentro de otro recipiente más duradero, que le permita al hombre traspasar los límites de la mortalidad para ser inmortal, ya sean robots u otro tipo de maquinaria. Otra larga reflexión sobre el tema lo encontramos en el relato de Asimov La última pregunta o en el futuro cada vez más cercano de Ghost in the Shell.

He encontrado similitudes de contenido, a nivel personal, con el libro Contact de Carl Sagan y con la reciente película Interstellar de Chris Nolan. En estas tres obras los protagonistas entran, a través de algún mecanismo o fenómeno estelar, a formar parte de un viaje cósmico que les conduce a alguna dimensión o estado de conciencia desconocidos. No quiero decir con esto que haya plagios o copias, ni siquiera inspiraciones, pero sí ese paralelismo que caracteriza a la inquieta mente humana por las eternas preguntas «¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?».

Y para ir finalizando, he encontrado dos referencias literarias a lo largo del relato. Una es el llamado Proyecto Barsoom, donde Barsoom es el nombre del planeta Marte que le dan sus habitantes en las novelas de John Carter escritas por E. R. Borroughs. La otra es una alusión a la adaptación radiofónica de La Guerra de los Mundos que realizó Orson Welles en el año 1938, con el que desató el terror y el escándalo en los oyentes, que pensaron que todo estaba ocurriendo de verdad.

Valoración final

Y aquí me quedo, con la satisfacción de haber podido ver después la adaptación al cine de Stanley Kubrick, porque da gusto ver una adaptación donde prácticamente apenas se ha modificado la obra original, lo cual me ha permitido ir recordando el libro a medida que avanza la película.

Muchas incógnitas han quedado en el aire, que espero que las siguientes tres partes vayan resolviendo. ¿Quién ha construído los monolitos? ¿Dónde están ahora? ¿Qué ha pasado realmente con Borrows? ¿Por qué HAL-9000 se ha comportado de esa forma?

BIBLIOGRAFÍA

‘2001, Una Odisea del Espacio’, Arthur C. Clarke. Ediciones Orbis, 1985. Biblioteca de Ciencia Ficción nº2. 236 páginas. Traducción de Antonio Ribera. ISBN: 84-7634-053-2 (Descatalogado).

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

3 comentarios sobre «‘2001, una Odisea del espacio’, de Arthur C. Clarke, 1968 [Reseña]»

  1. Resulta que el libro y la peli se fueron haciendo casi a la vez entre ambos autores (Clarke y Kubrick), según el primero, en muchas ocasiones en mesas de bar. Si no has leído las secuelas, no te destripo nada (a mí me falta 3001, Odisea Final, que ya tengo en la recámara esperando). En mi opinión, 2010 es la mejor de las tres que he leído hasta el momento, aunque en 2061 se descubren cosas interesantes. Muy en la línea de Clarke a pesar de la diferencia cronológica. Otra muy recomendable de este señor es El fin de la Infancia, en la que la que se deja ver la «obsesión» de Clark (y su admiración) por las mentes superiores y los estadios superiores de conciencia.

    1. Gracias por tu comentario, i.k.ro. Iré leyendo poco a poco la saga de Odiseas de Clarke, así que por aquí verás sus respectivos comentarios. Cada autor tiene su obsesión, su tema fetiche, eso es verdad. El dato de la simultaneidad del guión y la novela lo ignoraba. Ahora ya sé algo más. Un saludo.

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