¿Definen las editoriales a los escritores que publican?

¿Definen las editoriales a los escritores que publican en ellas? Es una pregunta trampa, con tantas respuestas posibles como contextos y situaciones o intereses por las dos partes. He aquí mi reflexión.

¿Definen las editoriales a sus escritores?

Podría interpretarse según el caso de cada uno. Por mi experiencia, diría que a veces sí, y otras no. Mi caso es una relación simbiótica. Gaspar&Rimbau Editorial cumple mis expectativas de lo que quiero en una editorial, tanto en lo económico como en el trato y las condiciones. Ya tenía, desde hacía unos pocos años, dos cuentos publicados en otra editorial, pero eran más bien colaboraciones. Y llegados al punto de dar el paso grande y aventurarme más allá de lo que había estado haciendo hasta entonces, apareció esta editorial que encontró en mí una mínima calidad para empezar. Debo añadir que G&R sabe aconsejar, muy bien, por cierto.

Pero, ¿qué pasa cuando esto no se cumple? He encontrado otros casos a lo largo de varios años conociendo escritores y editoriales, que los hay de todas clases.

Decir las cosas como son

Esto no es una crítica, sino una observación para animar a cualquiera que se encuentre en ciertos casos, a crecer y exigirse lo máximo para hacer las cosas bien. Para que tanta gente perdida sepa que este es un camino que no empieza en lo más alto y en las mejores editoriales. Que sepan buscar qué editorial le conviene, cuál le aconseja y le exige.

A la desesperada

Creo que mucha gente no se valora a sí misma, y publica cualquier cosa con tal de verlo impreso en papel. Ya depende de sus habilidades lingüísticas y literarias, de su visión artística o del grado de autoestima que tenga. Puede ser el inicio de una carrera o de un despeñamiento terrible hacia el abismo del fracaso. No hay fórmula exacta para triunfar, tampoco para fracasar.

Personalmente hasta los 42 años no me he atrevido a publicar «en serio». Tampoco tenía a nadie que me valorara lo bueno y lo malo de forma explícita y artística. De lo que siempre he estado seguro era de no publicar porque sí, lanzar la piedra a ciegas. No entra en mi forma de hacer las cosas, a la desesperada.

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Molestarse en hacer las cosas bien.

Editoriales descuidadas

De esas que publican «lo que sea». Es la parte similar pero del lado contrario al escritor que publica a la desesperada. Por un lado se autoabastecen mutuamente; por otro, no se benefician. Darle esperanzas e inflar el ego a un escritor con una obra pésima o ilegible es tan cruel como poco rentable. Las expectativas son grandes para el autor, mientras que la editorial… no se sabe a qué juega. Si cree firmemente en la calidad de esa obra, ha leído menos que un papagayo Don Quijote.

Cuando hablo de obras sin calidad me refiero no a la forma o creatividad de una novela o escrito, sino al nivel de gramática, ortografía y sintaxis. Hay escritores sin talento que escriben muy bien, «se pueden leer» y se les entiende. En el caso al que me refiero… existe gente de 30 años que escribe como si tuviera 10, por poner un ejemplo. Ya me he encontrado con cosas terribles.

Correciones

Hace años escribí a una editorial quejándome por el elevado número de faltas tipográficas en una novela de 600 páginas. No exagero cuando digo que en casi todas podía encontrar más de diez faltas. Y lo triste fue su respuesta: «lo publicamos tal como lo envía el escritor, y es él quien debe corregirlas». Se me cayó el mundo encima. Creo, y considero, desde mi punto de vista de un trabajo bien hecho, que la editorial es la responsable final de corregir estos aspectos para ofrecer calidad y buena imagen, tanto suya como del escritor al que publica, de cara a los lectores.

Por desgracia, tengo más obras de este autor, con el mismo resultado: solo están publicadas en esta editorial, de momento. Si no, me habría deshecho de ellas hace tiempo para adquirirlas en otra editorial. De sobra está decir que, en resumen, esta editorial, para mí carece de seriedad y calidad, y espero no tener que recurrir a sus ediciones en un futuro.

Las prisas no son buenas

Hace poco también me he encontrado con otra obra, muy bien escrita, pero con ciertos defectos. Ignoro si la editorial los ha visto, pero el autor tenía el vicio y costumbre de llenar párrafos completos sin apenas punto y seguido, pero sí con abundantes comas. Esto destroza por completo una novela, pues cambia muchos significados y entorpece la lectura constantemente.

Exígete y exige a la hora de firmar un contrato con cualquier editorial que se te apareza.

Con ello, lo que vengo a decir es que en ocasiones sí, que sí definen las editoriales a sus escritores: un escritor descuidado dará con una editorial poco seria, que le haga portadas con el Paint y con una pobre visión artística y de valores. La sensación que me llega es que es un escritor que no vale mucho. Y por parte de la editorial, lo mismo: publicar cualquier cosa, y cuantas más mejor, no habla bien de ella. ¿Estrategia? ¿Marketing? ¿Diseño? ¿Calidad? ¿Criterio? ¿Nicho de mercado? ¿De verdad que no conocéis estos conceptos?

La autoedición

Aquí me callo, porque cada uno sabe por qué se autoedita: nivel económico, desconocimiento del mercado, prurito personal… Son valoraciones diferentes a publicar mediante editorial. No podré decir qué es mejor o peor. Conozco autores a los que les va bien autoeditándose. Yo me lo guiso, yo me lo como. Aquí el público lector es quien tiene la palabra para valorar su trabajo.

Editoriales mediocres con renombre

Hay para todos los gustos. He encontrado editoriales casi invisibles que son una maravilla y sus obras, una genialidad. ¡Qué injusto¡, ¿verdad? En cambio, sé de otras que dan una de cal, media de arena, y que tienen una repercusión, por pequeñas o independientes que sean, muy fuerte. Pero sí, dejan muchísimo que desear. Soy muy exigente conmigo mismo, pero también con los demás.

De cierta editorial adquirí varias antologías… confiando en su «renombre» y alcance. Decir «mediocre» o «aficionada» es darle un valor superior. De diez cuentos que contenía cada tomo, más o menos, solo la mitad de uno de ellos alcanzaba una madurez considerable de estilo y calidad. Justo ahora, al recordarlo, me tiemblan las manos sobre el teclado.

Se hace lo que se puede

¿Y cómo me atrevo a decir esto, y mucho menos, juzgar a los demás?, se preguntarán muchos… Pues con toda confianza, porque puedo opinar ahora que sé lo duro que es llegar a una calidad mínima que pueda considerarse literatura. Porque he leído mucho y sigo haciéndolo, cosas que me gustan y cosas que no me gustan. Porque he conocido a gente a la que le importa un comino hacer las cosas bien pero quiere ser millonaria con su «literatura», y ni se molesta en leer clásicos ni muestra interés por la literatura en general. Por eso me pregunto… ¿Definen las editoriales a sus escritores? Y los escritores, ¿definen a sus editoriales?

«Es imposible explicar cómo se escribe un buen libro. Pero esto es lo que hace que la profesión de escritor sea apasionante: la constante posibilidad de fracasar.»

Patricia Highsmith

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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