‘El espejo en el espejo’, relatos surrealistas de Michael Ende (1984) [Reseña]

El espejo en el espejo ha caído en mis manos y en él se sitúan doce de los treinta relatos que conforman el libro completo con que Michael Ende depliega toda su onírica imaginación. Carecen de título, por lo que al final de cada uno los he bautizado. En estos relatos encontramos rastros de surrealismo, mitología y filosofía.

El espejo en el espejo

Michael Ende, 1929-1995

michael-ende
Michael Ende

Confieso que me he perdido un poco en algunos, ya sea por falta de referencias o por la complejidad de su significado. Sin embargo se trata de historias donde la realidad parece surgida de un sueño, más allá de la fantasía.

La mayoría no posee un argumento definido, sino una sucesión de hechos interconectados que avanzan sin forma ni estructura, como un sueño; si bien destacan  por su gran simbolismo. Como dato curioso, en algunos de los relatos encontramos fórmulas matemáticas. No alcanzo a saber si se debe a algún patrón concreto o simplemente es otro recurso del autor.

Primero

Existe un ente encerrado en un edificio. Este ente mora siendo una sombra, un sonido, una luz. Vive de lo que habita. Piensa y grita, habla. ¿Se trata de nuestra conciencia, que va y viene sobrecogida por los estímulos externos? A este relato lo he bautizado como Hor.

Segundo

Un muchacho va construyendo unas alas en sus sueños, que van haciéndose realidad dentro del laberinto-ciudad que habita. Clara referencia al laberinto del minotauro y a Ícaro, personajes ambos de la mitología griega. El título escogido para este relato es Alas del laberinto.

Tercero

Un joven estudiante no consigue aprenderse el temario para el próximo examen porque su casero ha fallecido y no sabe si los herederos le permitirán seguir viviendo en la pequeña parcela de la buhardilla de la casa. El mayordomo se le aparece con una arenga sobre el principio y el fin de las cosas, mientras intenta limpiar la casa, donde todo parece hallarse abandonado y se desmorona al primer contacto. La angustia y ansia del estudiante contrasta con las dudas existenciales del mayordomo, ya viejo y ajado. El nombre elegido para este relato es De principio a fin.

Cuarto

Dédalo e Ícaro. De Charles Paul Landon.
Dédalo e Ícaro. De Charles Paul Landon.

Este relato se desarrolla en la catedral de la estación, una estación donde no sale ningún tren mientras que la gente allí agolpada se quede esperando a que el milagro de la multiplicación del dinero dure el tiempo que deba durar. Gente deforme, enferma y maloliente; una catedral fabricada con dinero y aún sin acabar; un predicador que ofrece acciones de la catedral… y un protagonista que se niega a participar. «¿Gratis? Mire, me temo que no soy lo bastante rico para permitirme algo que no cuesta nada», contesta el bombero.

Un cuento abierto a interpretaciones tan pesimistas como realistas. Con gran simbolismo cristiano introduce además el factor del dinero como objeto religioso y de devoción. Una lucha contra el tiempo, la incertidumbre, el desaire de los miserables, la ignorancia y los mártires de la conciencia. El título que le he dado a este cuento es Dinero nuestro que estás en la Tierra.

Quinto

Angustia, incertidumbre, duda, esperanza… tantos sentimientos acechando al bailarín que espera tras el telón a que éste se alce. Y espera, y espera, como en un sueño donde nunca llega lo que tiene que llegar y desesperados aguantamos porque es nuestro deber, pero querríamos escapar. Este cortísimo relato, que refleja una pesadilla de ansiedad, le llamo La inversa del reflejo.

Sexto

Un bucle interminable estira las vidas de dos novios que están destinados a envejecer uno y rejuvenecer el otro mientras esperan, repetidamente, a encontrarse, por fin, al cruzar una puerta. ¿Son nuestras vidas un ir y venir por caminos que parecen los más cortos pero que son los más largos? ¿Perdemos una y otra vez nuestras vidas en empresas imposibles de las que al final nos arrepentimos? El título elegido para este cuento es Los novios eternos.

Séptimo

Foto: Darian Volkova

No sé si reír o llorar. En unas pocas líneas, este microrrelato me ha dejado pensando en su verdadero significado. ¿Lo tendrá? Sea como fuere, con sentido o sin él, el absurdo se apodera del hombre hecho de letras y la mujer hecha de carnes y huesos en la feria. Una caseta de tiro donde podrías pasarte acertando toda la eternidad. El título que mejor podría encajar en este relato es Sopa de letras.

Octavo

El siguiente relato se desenvuelve entre la obscenidad y la piedad; refleja, además, una lucha entre el bien y el mal encarnados en Dios y el Demonio, en la reina de las prostitutas y un mendigo que antaño la amó y creó su reino. Una posible alegoría sobre la redención, el arrepentimiento, la lujuria. Termina Babilonia es el mejor título que se me ha ocurrido para esta historia.

Noveno

El viaje iniciático de un hombre alrededor del mundo no es suficiente para su espíritu emprendedor. Hastiado alguien le ofrece conocer un lugar en el que ir más allá. ¿Quién es esa muchacha? ¿Qué encontrará el viajero en aquel lugar repleto de extraños objetos y enigmáticas visiones? A esta historia le conviene el título de Viaje de ida.

Décimo

En una escuela donde no para de llover seis personajes, a cada cual más singular, esperan la llegada del profesor. No deben hablar, no pueden moverse de ahí. Pero las reglas están para romperlas, como la vuelta a la vida de una muerte que no debería truncarse. He elegido el título de Sonambulistas para esta pequeña y curiosa historia.

Undécimo

Un payaso pierde el circo donde trabaja y se encamina en una ruta por la ciudad para intentar despertar de lo que supone es un sueño. Suyo o de alguien. Todo está mal, todo va mal. Pero sigue intentando despertar. Este relato también me ha aburrido bastante. Sea cuestión de gustos. Eso sí, genialmente narrado. ¿Su  título? Acaba la función.

Laberinto de Creta. No he encontrado la fuente.
Laberinto de Creta. No he encontrado la fuente.

Duodécimo

Con gracia y ritmo comienza esta preciosa leyenda, la historia que meno surrealismo posee de entre las del libro, al menos desde mi punto de vista. Ligada al mito del Laberinto del Minotauro, tiene un nexo con la primera, la que he titulado Hor. Pero sin obligatoriedad, puede uno sacar sus conclusiones. Al último relato lo he titulado Laberinto.

Queda evidente en esta obra (de la que solo ha caído en mis manos un extracto) la importancia de los sueños, lugares ocultos, los espejos y reflejos, diferentes realidades que, quizá, en un arrebato de simbolismos, confluyen en las rutas de nuestro interior y nuestra sociedad.

BIBLIOGRAFÍA

El espejo en el espejo, Michael Ende.

Título original: Der spiegel im spiegel: ein labyrinth.

Traducción: Antón y Genoveva Dieterich.

Bibliotex S.L. 96 páginas. 1993.

ISBN: 84-8130-016-0

Editado por Caja de Ahorros del Mediterráneo, regalo con el periódico La Verdad. Colección Grandes Autores-Biblioteca de Literatura Universal.

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

3 comentarios sobre «‘El espejo en el espejo’, relatos surrealistas de Michael Ende (1984) [Reseña]»

  1. Muy interesante el universo que describe Michael Ende en alguno de los relatos de «El espejo en el espejo». Me impresionaron especialmente el tercero y el cuarto. Demasiada agonía… Pero es alucinante la facilidad de este hombre para dibujar cosas raras.

    1. Gracias por tu comentario, i.k.ro. La verdad que sí, que son relatos muy pesimistas y dramáticos. Pero todo un placer leerlos. No he fondeado mucho el océano del surrealismo, excepto los relatos de un escritor jovencísimo que conozco, pero he de decir que estos relatos me han animado más a aventurarme a su lectura.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *