‘El hombre de los dientes blancos’, de José David Moncayo (2021) [Reseña]

El hombre de los dientes blancos, de José David Moncayo. La primera novela del escritor que ahonda en el miedo del ser humano y el valor para afrontarlo y qué viene después de vencerlo.

El hombre de los dientes blancos. Prefacio

Miedo. Miedo en tus entrañas. Miedo paralizante. Miedo inesquivable. El hombre de los dientes blancos trata, entre muchos otros temas, cómo el miedo une y domina a una serie de personajes, y cómo tratan de combatirlo. Y, por supuesto, cómo este les cambia.

Una persecución sin fin

La premisa inicial que nos propone Moncayo es bastante simple: Simón es un joven atormentado por las pesadillas que solo su pareja, Laura, parece poder sanar. Y realmente, el resto de la novela se sale poco de ahí; sin ánimo de revelar aspectos de la trama, que fue para mí una de las partes más disfrutables, un accidente acaba acercando a Simón al origen de sus miedos, y el autor comienza a escribir en torno a ese tira y afloja de los personajes que llevará a un desenlace donde vuelve al quid de la cuestión: ¿a qué teme Simón? ¿A qué debería temer?

Personajes

Como se puede vislumbrar, es Simón el protagonista y personaje principal, y al que más acompañamos durante la novela; existe, de hecho, relativamente poca acción durante el texto, pues Moncayo nos introduce constantemente en su cabeza, haciéndonos ver y sentir a los lectores todo lo que Simón ve y siente.

Sin embargo, esto no va en detrimento del texto, pues nuestro protagonista tiene mucho que contarnos. Y, con ese mismo estilo enteramente psicológico, el autor nos mete de lleno también en la mente del resto de personajes, mostrándonos tanto las luces y sombras de estos como los de una historia truculenta y visceral. Y ahí es, de hecho, donde reside el terror en esta novela.

Laura

El limitado reparto de personajes ─he contado apenas diez, de los cuales seis o siete tienen verdadera relevancia, y curiosamente apenas un par cuyo nombre completo se conoce; los demás usan el de pila o apodos─, motiva una sensación agobiante, de inevitabilidad y tensión constante; y Moncayo sabe muy bien dónde utilizar los pensamientos de unos y otros para dar más efectividad a lo que pasa en la historia. Es normal, pues, que Laura, psicóloga de profesión, sea la otra gran figura relevante de la novela.

Laura es la contraparte y el complemento de Simón: a veces tremendamente fría, a veces tremendamente emocional, sabe proteger y amar a su pareja, y curiosamente, acaba siendo una gran fuerza ejecutora detrás de los sucesos de la novela.

No hay que dejarse engañar, pues, por la economía de personajes: cada uno cumple una función muy importante, y cada uno tiene una profundidad suficiente como para hacer avanzar la historia a través de ellos.

Los gruñidos se acercaban y alejaban de sus oídos, como si cada vez estuvieran más cerca pero de pronto desaparecieran. (…) La oscuridad con forma de nubes ocultó por un momento la luna llena y el bosque quedó hundido en las sombras, algo que podría ayudarle a escapar de los ojos del lobo

El hombre de los dientes blancos. José David Moncayo

Estilo

Todo lo que rodea a estos personajes, por contra, aparece descrito sencilla y parcamente: al abrir el libro, veo descripciones como diseminadas con cuentagotas y cortas, sin recrearse en demasiados detalles. Y, ¿es esto malo?

Supongo que a quien le gusten precisamente las detalladas descripciones de escenarios percibirá el libro como demasiado prolijo, demasiado frío. Pues, siendo de este grupo de lectores, sinceramente no he echado de menos dichos pasajes: muchas veces es mejor dejar a la imaginación ciertos ambientes, o desarrollar los mentales, como mencionaba anteriormente. Y, en este sentido, el autor consigue contar mucho con pocas palabras.

Y, precisamente, el estilo de dichas palabras es muy diferente de este supuesto al que nos llevó la falta de descripciones. De nuevo, Moncayo da una lección de economía, y con frases que meramente ilustran situaciones o emociones nos descubre un mundo interior en cada personaje, y lo hace a través de una composición que nos lleva de un lado para otro suavemente… tanto, que no nos damos casi cuenta cuando se avecina un momento de shock en la historia.

José David Moncayo con un ejemplar del libro. Fuente: Instagram del propio autor.

Paraíso, Purgatorio e Infierno

El hombre de los dientes blancos se divide en tres partes de extensión desigual y equivalentes al viaje de Simón durante la novela: por orden, El paraíso, El purgatorio y El infierno. Efectivamente, en cada parte la acción se traslada a un lugar (no figurativo, sino físico; los aspectos sobrenaturales de la trama tan solo son implícitos), y cada traslado supone un desarrollo en los personajes.

Cada capítulo muestra una tensión in crescendo, hasta el punto en que leí El infierno prácticamente seguido, sin pausas. Tal vez la acción se detenga un poco en el centro de la novela (El purgatorio comprende un 50% de la novela, alrededor de 150 páginas), pero se encuentra equilibrada por las relaciones de los personajes que va desarrollando y un suspense que no se detiene.

Aparte del miedo que mencionaba al principio de esta reseña, un aspecto muy relevante que vertebra la novela es, sin duda, la reflexión sobre los límites del bien y el mal. Tal vez esté aventurando, pero el texto parece entenderlos como un continuo, dos caras de una misma moneda; y esta es, sin duda, la gran duda que atormenta a sus personajes y guía la trama.

Conclusiones

Como Moncayo con los aspectos más sobrenaturales y morales de El hombre de los dientes blancos, mi opinión sobre la novela queda implícita, aunque la considero bastante explícita: no sólo me ha mantenido en vilo, me ha emocionado y, en fin, me ha gustado; sino que también me ha sorprendido.

Entre los escritores noveles, es difícil encontrar literatura que realmente se eleve por la media (comprensible, nadie nace aprendiendo a plasmar sus ideas); encontrar, sin embargo, una novela como la de José David Moncayo es tarea aún más difícil, por su calidad, por sus temáticas tan bien introducidas, y por lo excepcionalmente bien compuesta que está. Tanto es así, que me ha llevado a plantearme dónde se había metido hasta ahora un escritor como Moncayo, que muestra bastante madurez y control con lo que quiere contar.

La edición

Mención aparte merece el estupendo trabajo de edición de la novela por parte de Titanium, con una edición rústica de papel bueno y resistente y una maquetación bastante elegante, con elaboradas marquesinas estilo Art Decó en cada número de capítulo y filetes que se asemejan a adornos hechos de tinta negra separando distintas secciones cada vez que un capítulo incluye una elipsis. La portada, una acuarela hecha expresamente que expresa muy bien el tono de la novela.

Sin duda, una novela muy recomendable, de extensión decente (alrededor de 300 páginas), y sin contenido «de  relleno» y que, sobre todo, nos invita a pensar y reflexionar, no por ello dejando de ser muy entretenida.

Sobre José David Moncayo

Amante de la aventura desde pequeño, José David Moncayo nació en Valencia pero se recorrió, como buen aventurero, varias ciudades de Europa antes de detenerse de nuevo en la ciudad que era y es su hogar para… escribir.

Moncayo no solo plasma aventuras en sus escritos: el misterio y la fantasía forman parte integral del centenar de relatos que lleva a sus espaldas y de esta, su primera novela ─de muchas.

Entre el aluvión de géneros que lee y disfruta, destaca a autores como Juan José Millás, Elvira Lindo, Jean Auel, Raymond Carver, John Fante, José María Mendiluce… y sin embargo, no busca imitarlos, desarrollando su propio estilo y buscando inspiración en fuentes tan variopintas (e interesantes), como la música y las letras que la acompañan.

Desde entonces, ha participado en varios talleres literarios y antologías y dispone de más de un centenar de relatos y varias novelas en proceso de corrección y publicación.

(Párrafo final extraído de la salvaguarda de la propia novela).

Instagram de José David Moncayo

El hombre de los dientes blancos, de José David Moncayo. 2021.

Editorial Titanium.

Rústica con solapas. 288 páginas

ISBN: 9788412386707

Pincha sobre la imagen o el título para adquirir un ejemplar de El hombre de los dientes blancos en la editorial.

Tripulación CosmoVersus

Eduardo Melero
Eduardo Melero
Si fuera cuadro en vez de persona, sería algo así como esas acuarelas de paisajes tan ajadas y difuminadas que parecen una pintura fauvista (cuando es en realidad un lago con nenúfares). Podría parecer que esto es una desvaloración a mí mismo, pero todo lo contrario: me encantaría tener todos esos colores.

Soy un periodista que, mientras está en paro, enseña música. También soy un músico que, mientras no toca, escribe críticas, diálogos, o cualquier burrada que se me pasa por la cabeza. Si veis mi nombre y frases aquí, es gracias al creador de este blog. ¡Pero no le digáis que os lo he dicho!

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