‘El Huevo del Ángel’ (1985), de Mamoru Oshii

El Huevo del Ángel (1985), de Mamoru Oshii. Repasamos otra verdadera obra de arte de la animación japonesa. Un mundo que evoca un apocalipsis divino, sucesos extraños y surrealistas con una calidad que supera a su propia época.

El huevo del Ángel

Para comprender (si es que se puede) la película, primero hay que saber quién es Mamoru Oshii, su director. Es responsable de obras como Patlabor (1988), Jin-Roh, Ghost in the Shell (1995), Blood, el último vampiro (2002), Ghost in the Shell: Stand Alone Complex/ 2nd Gig (2003, 2004), Ghost in the Shell: Innocence (2004). Para los entendidos en anime, estas obras son referencias tanto en calidad artística como argumental. Por este motivo, parece que todo lo que toca Oshii se convierte en oro. Pero hay gustos para todo.

Tenshi no Tamago, título original, es una obra experimental que cuenta con la dirección de Oshii y los diseños de Yoshitaka Amano, otro grande que ha diseñado casi todos los personajes de los videojuegos de Final Fantasy, ilustró el manga de Vampire Hunter D y el cómic The Sandman: The Dream Hunters, de Neil Gaiman. Y digo que es experimental porque realmente no tiene una explicación concreta, tal como sus autores han comentado.

tenchi no tamago huevo angel

Sinopsis

En un mundo postapocalíptico, una niña recoge botellas de cristal para alinearlas en la estructura donde vive, sola. En su mundo no hay gente, solo ruinas, bosques fantásticos, reminiscencias de algo que existió, una ciudad decimonónica abandonada, y un ser que duerme incubado en un huevo, el huevo que la niña cuida con mimo. Además, la estructura guarda un terrible secreto. Los sucesos extraños a los que se enfrenta se ligan con la narración de un desconocido que viene de otro lugar en una nave mecanizada: relata un apocalipsis divino y el destino de la humanidad. Podríamos enlazar los hechos pero resultan confusos y habría que pasar horas y horas desmenuzando sus palabras para encontrar una explicación razonable.

Surrealismo

Sin embargo, uno de los fuertes de la película es el profundo surrealismo en que se sumerge, la música ambiental mágica y divina de Yoshihiro Kanno (compositor de música clásica) y, por supuesto, los diseños de Amano, fantásticos, góticos y desolados, cargados de gran simbolismo. El Huevo del Ángel nos transporta a un tiempo impreciso. Cabe decir que los diseños de las maquinarias y la ciudad abandonada son dignas de su autor.

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Comentarios

Ahora bien. La película apenas tiene diálogo, y su desarrollo brumoso puede aburrir a un público preciso con sus gustos. No es una obra que se pueda ver a la ligera. No busquéis acción, no intentéis razonar. Solo disfrutad del dibujo, la música y la ambientación, del halo fantasmagórico y divino que exhalan sus personajes. ¿Y por qué esta historia contiene tantas referencias bíblicas? Oshii se convirtió al cristianismo, por lo que existe un nexo entre sus creencias y El Huevo del Ángel. ¿Existe un dios y un demonio en el mundo? ¿Dónde está el ángel y porqué la niña guarda el huevo? ¿Dónde fue a parar la humanidad? ¿Qué significan el arca y las estatuas de la nave?

Otra característica que aporta calidad a la obra es la armonía entre la música y la imagen, ambas bailan para crear la atmósfera perfecta que aumente las sensaciones del espectador. ¿Qué no tiene esta película? Hay que entenderla desde el punto de vista de su época, cuando había pocas producciones que alcanzasen tal calidad y no existía el empalago del ordenador de hoy en día. Amantes nostálgicos y buscadores de tesoros, aquí tenéis una película que no debe faltar en vuestra videoteca.

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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