‘El Mercenario’, de Vicente Segrelles (1981)

El Mercenario, de Vicente Segrelles. Podría calificarlo como fantasía épica, un Conan o un Thorgal español. Irrumpe a principios de la década de los 80 en la revista Cimoc, y desde entonces, hasta el año 2003, con un total de 13 entregas, ha pervivido entre modas con su fuerte realismo y estilo personal.

El Mercenario, de Vicente Segrelles

Las bibliotecas siempre han sido fuente de inspiración y descubrimientos. En la de Coslada he encontrado El Mercenario, que debutó en la revista Cimoc con una muestra que pronto convirtió a su autor en más que un publicista o ilustrador. Vicente Segrelles (Barcelona, 1949) proviene de una familia de artistas: sobrino del pintor José Segrelles (Albaida, 1885-1969) y primo de Eustaquio Segrelles, ilustrador, pintor y escultor (Albaida, 1936). Entre otras obras se ha dedicado a la publicidad e ilustrar libros. También estudió diseño técnico, lo que le ha permitido, junto con su característica técnica al óleo, mostrar el universo de El mercenario con todo el realismo posible.

El mercenario es la historia de un héroe sin nombre que, por accidente, cayó del País de las Nubes, una civilización que vivió en las cumbres bajo las que había nieblas perpetuas y se desplazaban con dragones domesticados. El mercenario descubre que bajo esas nieblas hay tierra firme, una tierra más grande e inmensa, también llena de peligros. Allí se hará amigo del monje Arnoldo y la provocativa Nan-Tay, y luchará contra la tiranía del malvado alquimista Claust. En cada número asistimos a un viaje sorprendente donde conoceremos algún país secreto, una bestia feroz, tesoros increíbles, doncellas en peligro, jóvenes intrépidos.

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Características

La fascinación de Segrelles por los artefactos se pone de manifiesto con los inventos de Arnoldo, el monje, y diseña y explica su funcionamiento. Es una era medieval, todavía a espaldas de los grandes descubrimientos, pero no es ni mucho menos nuestra era: hay numerosos anacronismos para encontrarse cerca del año 1000. Los países inspirados en Egipto, Arabia, Mesopotamia, la India, la Europa Medieval, Grecia, Sudamérica, se encuentran en un mundo donde se esconden secretos más allá de la vista. Magia, seres fantásticos, y un mapa del mundo tal como hoy conocemos los continentes.

En los primeros números apenas hay diálogo, lo que hace fácil su lectura, pero también muestra a unos personajes demasiado planos, sin carisma ni personalidad, sin matices, vacíos. Esa es la sensación que, al menos yo, he tenido al leerlos. Después, a partir del tomo 4, las tramas tienen más profundidad, así como los personajes. Por suerte, el éxito relativo de El mercenario le dió a Segrelles la oportunidad de trabajar más su obra.

Hiperrealismo

Su estilo, denominado hiperrealista, lo lleva a cabo con óleo, algo que el propio Segrelles admite que le llevaba bastantes meses para terminar un álbum. Sin embargo, a partir de 1998, comienza a experimentar con la ilustración digital, llegando a publicar un álbum completo con esta técnica. Uno de sus puntos fuertes es el uso de la luz, con lo que consigue composiciones de un realismo extremo y dota a las ilustraciones de profunda calidez. Podría decirse que el lector penetra en la historia a partir de las sensaciones del dibujo. No es de extrañar, los paisajes y arquitecturas mostradas son de belleza y grandiosidad poco comunes en el cómic. Por otro lado, la textura del dibujo resulta suave y cálida, limpia, rebosante de equilibrio y perfección.

El mercenario y Nan-Tay consiguen siempre librarse por los pelos gracias al ingenio que demuestran y, en ocasiones, de la ayuda de otros aliados. Por otra parte, no son los únicos. Claust también es ingenioso, aparte de malvado y traicionero, lo que le hace el antagonista perfecto que siempre vuelve cuando menos lo esperas.

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Semejanzas

Llegados a este punto, El Mercenario podría recordarnos a Conan el bárbaro, cuyo perfil con nuestro Mercenario guarda cierto parecido -solo en parte-: salva jóvenes y hermosas doncellas, es valiente, directo, brutal y sin escrúpulos a la hora de sobrevivir. Así es nuestro héroe español.

Las criaturas increíbles, mitológicas y fantásticas no son las únicas que pueblan los viajes de El mercenario. La ciencia ficción también supone un punto enigmático en la historia. De siempre esto ha sido así en numerosas obras conocidas. Recordemos a Thorgal, por ejemplo, que mezcla las aventuras y mitos nórdicos con una saga galáctica. En el caso de El Mercenario, parte de la historia se desarrolla puramente en nuestro mundo, pero después viene algo que lo cambia todo. Precisamente, en los cuatro últimos tomos, Segrelles introduce la técnica digital. En parte se nota, pero la textura y colores empleados desde el primer número siguen siendo las mismas. Esto dice mucho de su dominio de lo digital, ya que si es difícil pintar un cómic al óleo, más lo será imitarlo en el ordenador.

El final: El último día

En 2003 el cómic quedó inconcluso, pero en 2016 Ponent Món publicó, con los materiales que Segrelles guardaba, la reedición de toda la serie incluyendo el final de la historia en una narración de 24 páginas con ilustraciones a página completa, más un relato breve. Esta edición podría denominarse la definitiva.

No es habitual en mí tirar la casa por la ventana, pero me puedo permitir un capricho de vez en cuando. Por eso me he hecho con el tomo 14, ya que su edición es reciente y todavía se puede encontrar en librerías.

Son 23 páginas narradas acompañanas de 26 ilustraciones, todas digitales. Tengo que decir que el toque encantador de los óleos de Segrelles no se manifiestan en estas ilustraciones, y prefiero el dibujo real al digital, pero mantiene sus principios. El tamaño del tomo -y de toda la reedición de Ponent Món- es más grande que la edición propia de Segrelles.

En el apartado narrativo, se limita a contar con sus palabras los acontecimientos que derivan en un asombroso e inesperado final, donde la ciencia ficción domina por completo una historia que comenzó siendo épica medieval. La prosa de Segrelles no resalta por su belleza, y tampoco la necesita dado el tipo de historia y su característica. He encontrado errores gramaticales y de ortografía bajo un lenguaje profundamente coloquial que en ocasiones resulta una incongruencia temporal. Quitando este hecho, la lectura es rápida y comprensible.

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Completan el tomo comentarios del autor con ilustraciones, y un cómic de 10 páginas titulado La Evidencia, donde juega con los cazadores de aliens de todas la épocas y la evidencia necesaria irrefutable de la existencia de seres de las estrellas en nuestro planeta.

Valoración final

Finalmente, los 14 tomos saben a poco. Tan solo catorce aventuras que de seguro dejarán huella en quien los lea. Las historias de El Mercenario, pese a finalizar en el siglo XXI, contienen esa atmósfera y sabor típicos de los años 80 del XX -como por ejemplo, la desnudez femenina en las doncellas a las que tiene que salvar o incluso enfrentarse, herencia semierótica de la moda-, cuando todo era muy, muy diferente.

«Quizá a los aficionados más ortodoxos, los amantes de la linea negra ahora coloreada, no les guste ‘El Mercenario’, pero confío en que vean mi trabajo desde un punto de vista artístico. El volumen, las luces y sombras y la riqueza de color en ausencia de línea han sido resueltos al más puro estilo de la pintura clásica y hay, gracias al cielo, aficionados como vosotros que lo valoran.

Hasta siempre,

Vicente Segrelles (2016)«

WEB PERSONAL DE VICENTE SEGRELLES

ENTREVISTA EN RTVE A VICENTE SEGRELLES

DOCUMENTAL SOBRE VICENTE SEGRELLES PRODUCIDO POR NORMA EDITORIAL (1982)

El Mercenario, de Vicente Segrelles. Edición a cargo del autor (2003).

13 tomos, tapa dura, color, 50 págs. aproximadamente cada tomo.

El Mercenario, de Vicente Segrelles. Tomo 14: El último día, Ponent Món, 2016.

66 páginas, color, tapa dura. ISBN 978-1-910856-66-6

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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