‘El mundo arrepentido’. Una aventura de ‘El Eternauta’ (1997) [Reseña]

El mundo arrepentido es una breve aventura de Juan Salvo situada al final de El Eternauta. Regresando en los años 90 de la mano de Solano López y Pol, esta aventura precede a las siguientes que fueron creadas ya entrado el siglo XXI y que demuestra que El Eternauta sigue despertando admiración.

El mundo arrepentido

Si bien El mundo arrepentido no es la continuación del original El Eternatua, sí se trata de uno de los trabajos que siguen a la obra maestra argentina del cómic de ciencia ficción. Lo siguen en cierto modo, porque relata más bien una “anécdota” de Juan Salvo en su devenir cósmico por el tiempo y el espacio dimensional. Según tengo entendido, esta brevísima obra se sitúa cronológicamente al final de El Eternauta, en un momento entre su desaparición y la llegada a casa del historietista ―Germán― donde aparece.

Está claro que, después de tantas décadas dormido, el eternauta de los años 90 volvió tímidamente para contar una historia alejada de su principal hilo argumental, una aventura que, sin embargo, brilla por su lenguaje oculto y múltiples interpretaciones. Todo ello ligado, claro está, a la intención de su desaparecido creador, H.G. Oesterheld.

En el dibujo continúa Francisco Solano López, y en el guión y color tenemos el que fue, en su época, principiante: Pablo “Pol” Maiztegui, que posteriormente colaboró en otras entregas de la misma serie.

Sinopsis

En El mundo arrepentido, Juan Salvo repite la tónica del primer episodio, es decir: narrar una aventura a otro interlocutor. Sorprende a unos jóvenes científicos realizando un experimento astronómico y aparece ante ellos, atraído por un sensor en el que trabajan y que abre un portal dimensional. Es 1999, y les cuenta lo que acaba de vivir.

Toda una aventura, una odisea peligrosa, en un mundo de una dimensión, universo o planeta desconocidos ―a pesar de que, al final, ofrece pistas―, donde los habitantes son antropoides de aspecto vacuno, hablan con mugidos ininteligibles (así lo interpreta Salvo), que se reproducen por una especie de auto clonación y viven en un mundo encapsulado de extraordinaria tecnología avanzada. En el exterior, la atmósfera los mata.

Pero lo peor es que Salvo aparece en medio de un proceso político delicado, en el que han apresado a un rebelde contra el gobernante actual; nuestro protagonista acaba formando parte de la liberación de los rebeldes. Como veis, retoma, a su manera, la crisis del Proceso de Reorganización Argentina, dictadura que cometió terribles crímenes de represalia y causó la desaparición de H.G. Oesterheld en la década de los 70, después de que éste llegara a publicar El Eternauta II.

El Eternauta original

Valoración personal

No puedo decir que El mundo arrepentido supere a la original, por supuesto, pero no deja de ser interesante y de ofrecer claves y lecturas para el público. Tampoco creo haber descubierto todo lo que haya que saber bajo las viñetas e ilustraciones, pero sí que deja un buen sabor de boca.

Respecto al color, en plena década de los 90 y auge de los colores digitales, es lo único que no me ha gustado. Soy gran detractor de este tipo de coloración en los cómics, que tanto se puso de moda, y que tantos cómics ha “afeado”, a mi modo de ver: son colores planos que no realzan los volúmenes de los dibujos, aunque tenga matices. Aplicarlos a un dibujo a tinta siempre me ha resultado una desgracia.

Popular

Dejando aparte este detalle ―puedo vivir con ello y apreciar el trabajo ajeno―, El mundo arrepentido puede leerse en cualquier momento después de haber leído El Eternauta original. Ingredientes más que populares dentro de un marco de protesta y denuncia que encajan perfectamente en nuestros días. Se ofrece a darle más lecturas, que no solo una, para disfrutar y encajar mejor el mensaje de esta aventura, que avanza demasiado deprisa, ocasionando despistes que obligan a repetir viñetas. Pero sí, es más que aceptable esta obra que fue publicada en el 40 aniversario de su madre: el “eterno” eternauta de Oesterheld que sorpredió al mundo y se adelantó a su tiempo.

Ahora que Netflix amenaza con rodar una serie ―cruzo los dedos―, es buen momento para ojear los cómics oficiales y originales de sus autores. La historia trasciende a las décadas y a la cultura. Una invasión. Una lucha organizada con los peores medios disponibles. Unos seres que buscan más que sobrevivir y son poseedores de gran sabiduría y tecnología. Algo poco común en su época, cuyo desarrollo aumenta de forma lineal conforme se avanza la lectura.

Vanguardia

Quizá muchos penséis que sí, que esta tónica ya estaba muy vista en los 50, pero os puedo asegurar que las formas, el contexto, la mezcla de géneros, todo, la sitúa lejos de los tópicos de la época del cine de serie B, sobre todo el norteamericano.

El Eternauta es, sin duda, uno de los relatos de habla hispana más vanguardistas que, personalmente, he conocido en mi vida, ya sea cómic o literatura. Porque no deja de ser una narración gráfica. En verdad, la fuerza dramática y castiza que envuelve el universo de este cómic queda a medias y abre todo un portal para desarrollar historias maravillosas con los Manos, los Ellos, y Juan Salvo.

En España ha sido editado por Norma Editorial, aunque ahora parece estar agotado, así como El Eternauta II; respecto a El mundo arrepentido, tendréis que conseguirlo de segunda mano.

el mundo arrepentido

El Eternauta. El mundo arrepentido. De H.G. Oesterheld. Por Franciso Solano López y Pablo “Pol” Maiztegui. 1997.

Club del cómic Ediciones. Argentina.

Rústica, Color. 64 páginas.

Incluye pin ups en color y blanco y negro.

Introducción por Andrés Accorsi.

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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