‘Enemigos del Sistema’, de Brian W. Aldiss (1978) [Reseña]

Enemigos del Sistema, de Brian W. Aldiss. Dos obras del mismo autor seguidas, no he podido remediarlo. Alejado del estilo narrativo de la anterior lectura, Un mundo devastado, en este caso la historia y temática no se aleja mucho de la otra.

Enemigos del Sistema

Me encantan las novelas donde, ya sea en un futuro o en una actualidad alternativa, narran sistemas de Estado totalitarios, opresivos y vigilantes. En mis relatos hay cierto tono similar. De hecho, la novela 1984 es nombrada en Un mundo devastado, con quien tiene afinidad, pero en Enemigos del Sistema tendría mucho más sentido aún.

No deja de sorprenderme cómo Aldiss ha jugado con la especulación social, o más bien política e histórica, situando un gobierno central mundial organizado desde Moscú y, por supuesto, de carácter comunista. Pero, antes de empezar, diré que la novela ha sido demasiado corta para todo lo que alberga.  Nuevamente, Aldiss ha acertado en mis rebeldes divagaciones, y ha removido esa conciencia que flota entre lo políticamente correcto y el libre albedrío.

Sinopsis

Un grupo de personas pertenecientes a puestos de trabajo elitistas, científicos sobre todo, se toman unas vacaciones en un planeta del sistema solar, Lisenka II, el cual se encuentra en fase evolutiva sumamente primitiva. Durante una excursión el autobús donde viajan tiene un accidente y deberán buscar ayuda, así como desplazarse a la base más próxima. Sin embargo, unos seres extrañamente familiares los acechan, y solo se tendrán a ellos mismos para defenderse con su inteligencia.

No obstante, hay que tener más datos en cuenta, pues tal como se propone esta sinopsis, diríase que la historia no es gran cosa. El momento histórico donde se desarrolla esta aventura es dentro de un millón de años, después de que el gobierno de Moscú impusiera el Biocom (resultado del proceso del biodesvío), un cambio en la especie homo sapiens que, tras neutralizar ciertos impulsos nerviosos y mentales (fisiológicos), se convierte en homo unitaris. Los sentimientos son sustituidos por el pensamiento lógico, fuera de todo proceso de natural intuitivo.

Cambio global

Este sí que es un cambio global, ¿verdad? Todos los seres humanos dejan de tener sentimientos profundamente individuales para adaptarse a otra cosa: una comuna gigantesca, mundial, bajo lemas perfectamente totalitarios. Gente feliz, sin problemas, con todo ganado, en cierto modo; vidas regaladas. Pero siempre atentos a lo que el Sistema dicta. Prohibido pensar cosas que no se permiten decir; prohibido hablar mal del Sistema. ¡Hasta tienen su Policía de la Razón!

¿A qué os suena esto? En el mundo del Biocom existe la élite, gente que sabe más que otros. Y todo gira en torno a ese neo comunismo que tanto odio alberga a lo antiguo, lo primitivo, y al capitalismo, con el cual relacionan todo lo anterior. En efecto, el capitalismo es el cáncer del homo sapiens, y nuestros protagonistas se escandalizan, a veces, cuando alguien nombra esa palabra. El planeta Lisenka II, por ejemplo, es admirado y despreciado al mismo tiempo por los turistas: lo consideran capitalista también, pues se encuentra en un estado evolutivo semejante al devónico en la Tierra. La Utopía del pasado anterior al Biocom se ha hecho realidad.

“Frecuentemente imprimo en mis clases la idea de que el biodesvío es la auténtica base de nuestra gran utopía. Desterró los problemas emocionales que siempre habían atormentado al homo sapiens. Religiones, guerras, amor romántico, enfermedades mentales…, todas las manifestaciones de los anticuados sistemas fisiológicos”.

Este es el resumen, en boca de uno de los protagonistas, del efecto del Biocom y el funcionamiento lógico y vacío de la sociedad actual del Sistema. Es evidente que, además, y según comentan los personajes, el biodesvío logró que todo lo que se propusiera el ser humano tomara su forma más perfecta y exitosa, a nivel general: tanto en el plano político y gubernamental, como en el mental. Tanto es así que el homo unitaris es casi comparado a una máquina.

Eslóganes

El Sistema extiende máximas que definan y defiendan su carácter, a modo de catequesis, lanzando esas frases que los ciudadanos deben aprender a respetar y, ante todo, a cumplir. Durante la narración, de hecho, ciertos personajes resumen sus teorías y excusan sus puntos de vista con refranes y proverbios típicos. Pero, echemos un vistazo a los eslóganes:

LA RESOLUCIÓN ES EL ENEMIGO DE LA DESVIACIÓN

LA UNIDAD ENGENDRA INMUNIDAD

NUNCA PIENSES LO QUE NO PUEDE SER DICHO

LA VIGILANCIA ETERNA GARANTIZA UNA SEGURIDAD ETERNA: SIN ELLA ES LA ANARQUÍA ETERNA

NO HAY NADA QUE NO CUESTE ALGO

Estas frases se encuentran, tal cual, en la página 43 del ejemplar que he leído.

Referencias

Hay algunos aspectos en Enemigos del Sistema que me han recordado a otras obras. Entre ellas, y no me detendré, está 1984. Pero también Un mundo feliz, de Aldous Huxley y las novelas de robots de Isaac Asimov (concretamente en el planeta Solaria).

Esta semejanza tiene su explicación: en Enemigos del Sistema se ha suprimido la gestación natural de la mujer, por lo que los niños son creados en laboratorios. Igual sucede, en cierto modo, en las novelas de Huxley y Asimov. Además, los niños son criados en grandes colegios (por llamarlos de algún modo) hasta los diez años, sin ningún tipo de amor paternal.

Una cuarta obra me ha venido a la mente al leer los comentarios de un personaje refiriéndose a que, lejos del Sistema (social, sea el que sea), las normas de etiqueta no son aplicables. Está claro que, en la situación en que se encuentra nuestro grupo de supervivientes, bajo sospecha de un peligro extremo, no valen las formas que adquirieron en sociedad. Bajo ese aspecto, El Señor de las moscas, de William Golding, tiene mucho que decir. “Lejos de la sociedad, no prevalece la sociedad”, dicen.

Un mundo peligroso

Como iba diciendo, los protagonistas encuentran a unos seres increíblemente parecidos al ser humano, pero de aspecto animalesco. A partir de aquí no tengo más remedio que ir destripando muchos datos de la novela, pero es tal la importancia —pues no suelo hacerlo— que debo hablar de ello; sobre todo porque tiene mucho que ver con otro bloque de análisis de la historia.

Bien, tras el primer encuentro, seis personajes deciden buscar ayuda y dejar al resto donde el autobús accidentado. Pero… ¡son capturados! Fijaos que en ningún momento nadie se desespera por el peligro: el Biocom, el biodesvío, es total en sus mentes. No sienten el miedo, aunque prevalece la necesidad de defenderse.

Hasta el final del libro los protagonistas entrarán en una fase importantísima y que ya había sido esbozada durante el viaje en autobús. Cada uno expondrá sus teorías y análisis del Sistema, llegando a enfrentarse unos a otros y a crear malestar general por poner en duda las bondades del mismo. Otro de los temas a tratar —recordemos que son científicos, historiadores, etc— es el origen de los seres que los han capturado.

Animales o humanos

Como seguro que ya sospecháis, nuestros amigos creen que los seres que los acosan son la evolución degradada de los primeros humanos homo sapiens —y groseramente capitalistas— que llegaron a Lisenka II fortuitamente. ¿Cómo una especie tan supuestamente adelantada ha podido convertirse en algo tan desagradable como estos “cazadores”?

La respuesta a esta pregunta se halla también en las dudas que objetan sobre el propio Sistema: en un millón de años el ser humano (uniformis, por supuesto) no ha sido capaz de evolucionar mucho más de lo que logró el homo sapiens. Eso es evidente, dado que algunos de los “adelantos” científicos de la novela son bastante “atrasados” (viajan en autobús, conservan teléfonos en las carreteras de Lisenka II…): “Hemos avanzado lentamente desde que fuimos inventados. (…) Somos lógicos, y comprendemos la lógica de controlarlo todo, desde nosotros mismos hasta la totalidad del sistema solar. Sin embargo, aparte de abolir muchas características de la vida del sapiens, (…) ¿qué hemos hecho? Nada de nada. En un millón de años realmente hemos logrado menos de lo que logró el sapiens en un siglo o así”.

¿Quién es quién?

¿Realmente valió la pena el Biocom? Estas afirmaciones, en el Sistema son susceptibles de crimen. ¿Se atreven a afirmarlo realmente porque se encuentran fuera de él? Pero, ¿qué les puede asegurar que están fuera del Sistema?

El grupo se pasa el tiempo esperando una acción definitiva de los “cazadores”: que los devoren o ejecuten, o bien que los adoren o dejen en libertad. ¿Cuál será el destino? Aldiss juega muy bien esta carta, pues uno tiene todo el tiempo la mosca detrás de la oreja al respecto. Confieso que yo he esperado lo peor, como siempre.

Volviendo al grupo, pasan el tiempo empleándose en discutir tanto la posibilidad de que los “cazadores” sean humanos degradados como en la validez del Sistema. Así, casi todos enfrentados a todos, con argumentos por completo soberbios que dan y quitan la razón a uno y a otro. Una propuesta increíble, vamos, y de gran valor. ¿Qué es mejor, pues? ¿Quién tiene razón? Al fin y al cabo, “¿Puede una objeción hacer que una afirmación se derrumbe totalmente?” Brillante y elocuente máxima que invita a pensar.

Enemigos

¿Quién, entonces, es el enemigo del Sistema? Los cazadores, capitalistas degenerados y animalizados, con su insulso y escandaloso aspecto tan natural… O bien los protagonistas del grupo superviviente. Porque, al final, dado su natural objetivo y analítico, ¿hizo el Biocom un gran trabajo dejando un resquicio de crítica al ser humano? ¿Fue un éxito o un fracaso en pos de un sistema totalitario y terriblemente igualitario? Contemplar a los seres que los tienen encarcelados a la espera de Dios sabe qué destino, ¿les hará analizar más críticamente al Sistema?

Nos quedan muchas repuestas porque nos haremos muchas preguntas después de leer Enemigos del Sistema. Nuestros camaradas utopistas ¿están siendo puestos a prueba por el destino o por algún mecanismo conspiracionista?

“¡Sí, sí, mi mente está ofuscada, apestoso cerdo intelectual, porque el Sistema nos obliga a todos a permanecer separados los unos de los otros en el maldito nombre de la Unidad! (…) Lo que el Estado llama conciencia no es más que un repugnante esquema de traición. No podemos confiar los unos en los otros. Ahora me atrevo a hablar simplemente porque confianza y traición son irrelevantes en estas circunstancias”.

Valoración final

Enemigos del Sistema requiere alguna lectura más, pues la espesura de teorías hace perder un poco el hilo a veces, y posiblemente muchos como yo necesitarían de algún apoyo filosófico y político para profundizar en las afirmaciones aparecidas. Aldiss ha conseguido en tan poco espacio dejar abierta una ventana de inmensas posibilidades.

Y claro, se lee rápido. Estilo alejado al de Un mundo devastado, más poético y humano. Pero en la novela que nos ocupa resulta mucho más directo y menos académico sin perder elegancia. Era necesario. ¡Cuánta floritura literaria habría impedido la comprensión de lo narrado! Incluso diría que algún giro me ha parecido un tanto forzado, refiriéndome, claro, al final. ¿Se lo perdonamos a Aldiss?

enemigos del sistema

Enemigos del Sistema, de Brian W. Aldiss. 1978

Título original: Enemies of the System.

Editorial Edhasa, colección Nebulae Ciencia Ficción #49. 1981.

Rústica, formato bolsillo. 176 páginas.

Traducción de Domingo Santos.

ISBN: 8435003183

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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