Entrevista a Josep Rodríguez Ferrer, autor de ‘Mentre durin les espelmes’ (2021)

Entrevista a Josep Rodríguez Ferrer, escritor de novela y poesía, que presenta la primera narración boyslove de ambiente sobrenatural en catalán, Mentre durin les espelmes. Con motivo de este evento y de su dedicación a la poesía y, en especial, a los haiku, hemos viajado en el cosmoverso para encontrarnos a velocidad luz con él.

Entrevista a Josep Rodríguez Ferrer

Con su Olivetti crea y difunde haikus1 en su afán por una actividad sana para la mente y el espíritu. Amante de la correspondencia por carta y del manga, Josep Rodríguez acaba de publicar la primera novela boyslove en catalán, Mentre durin les espelmes, con Voliana Edicions. En ella aúna lo sobrenatural con el amor y una historia que califica como «de final feliz», cansado de los estigmas que, a menudo, se ha plagado a la literatura de amor entre chicos.

Ha publicado Quatre contes de literatura, Bestiari a la japonesa (poemario acompañado de música) y Poemes suprematistes – Senryus a Malèvitx. Realiza también encuentros en directo donde pone de manifiesto su maestría para crear haikus. A continuación, nos hablará de sus dos pasiones.

CosmoVersus. ¿Te has basado en algún paradigma o ingrediente del terror literario y cinematográfico para configurar las normas del mundo de los muertos en Mentre durin les espelmes?

Josep Rodríguez. Más que ingrediente literario o cinematográfico, he tomado algunos elementos mitológicos para mi novela: por un lado, de la mitología nórdica tomo prestadas la noche de Walpurgis, la noche de las brujas que tiene lugar el 30 de abril, justo seis meses antes de la noche de Halloween, el 31 de octubre. Es entre estas dos fechas donde se sitúa principalmente la trama del libro.

Por otro lado, el gul que aparece en la novela proviene de la mitología árabe, si bien he de decir que la imagen que me había hecho de Lady Stoneheart de la saga de Canción de Hielo y Fuego, ha pesado en mi mente.

Eso sí, el terror acaba aquí, el mundo de los muertos que aparece no es para nada tétrico, son unos muertos muy “vivos” que usan sus pasarelas para viajar por los terrenos sagrados de Barcelona para celebrar la Mercè, Sant Jordi, ver los partidos del Barça pirateando la señal… aunque tienen sus límites, y saltárselos acarrea problemas, como los que sufre Víctor; si bien he tirado de imaginación propia a la hora de crear esos tabúes, la mitología oriental, budista sobretodo, me ha indicado el camino a seguir a la hora de crearlos.

La novela tiene sus tintes sobrenaturales, pero se aleja de un mundo gótico y terrorífico al estilo de Lovecraft, Poe o Stoker. Hay quien ha visto el realismo mágico de Pere Calders2 a la hora de crear estos muertos que te olvidas de que están muertos, y sí, tienen razón, me encanta Pere Calders, y se me nota cuando escribo.

josep rodriguez entrevista
Josep en la presentación del libro. Fotografía: Josep Rodríguez

CV. Y, en general, ¿también hay influencias del manga?

JR. ¡Muchas! Cabe recordar que la novela es un BL, un boys love, y ese género se cultiva sobre todo en Asia, en países como Japón, Corea o Tailandia. Si me centro en el manga, Sirena, de Konami Chiba, tiene un papel central en la historia. Se trata de un manga semidesconocido del cual solo se publicó el primer volumen en España, Planeta de Agostini la dejó inconclusa.

Luego está el papel que han tenido obras como Nieve en verano, de Haruka Kawachi, me han servido de inspiración para algún capítulo de carácter más onírico; Algo entre nosotros, de Hagi, que me ha dado alguna idea a la hora de plantear la psicología de los personajes. También ha habido gente que me ha señalado cosas de la autora Kanna Kii en la novela, pero aunque me encanta, lo que pueda haber, no aparece de manera consciente, supongo que es lo que tiene leer tanto manga, que algunos patrones los interiorizas.

¡Y por último está Vegeta! Soy de la generación Bola de Drac, y hago homenaje al actor de doblaje Joan Sanz y a su interpretación del príncipe de los saiyanos con un personaje, el Espíritu Calavera, que habla con las frases e insultos que él popularizó en los noventa en el Club Super 3.

Y más allá del manga, está Japón en general, soy un enamorado del país nipón. He estado dos veces allí y salen varios elementos de la cultura japonesa, como las sakuras, el cosplay… y el propio hecho de que uno de los protagonistas, Joel, trabaja en una librería especializada en manga, cómic y literatura fantástica, ¡incluso hay un pequeño viaje a Japón en un momento!

CV. En la dedicatoria hablas del Raikantopini. ¿Qué significa esa palabra?

JR. Raikantopini proviene del idioma tailandés. Es la palabra que sale al inicio de cada episodio de una serie para explicar que puede no ser adecuado para todos los públicos, literalmente sería “en este episodio”.

La cosa que ahora te debes preguntar, supongo, es “¿por qué tailandés?” La respuesta es sencilla: actualmente el mejor BL que se escribe y se retransmite en televisión es tailandés, o al menos, esa es mi opinión.

La novela bebe de series como Here’s coming to me o libros como My imaginary boyfriend, de Patrick Rangsimant. El género allí está muy vivo y es el punto de referencia para el resto de países asiáticos hoy en día; por suerte, la mayoría de series se subtitulan al español gracias al mercado hispanoamericano, pero los libros solo se encuentran en inglés.

Llegué a ese mundo a través de un gremio de un videojuego online, ya que el líder era un fanático del BL y me introdujo en el mundo del raikantopini para no salir jamás, jeje. Y sí, tiene público en España, comento cada semana los capítulos nuevos que salen con alumnos y con alguna que otra persona adulta. La mayoría están en Youtube, así que es fácil acceder.

CV. ¿Qué vacío has querido llenar con Mentre durin les espelmes?

JR. Pues un vacío completo y total. Hasta este momento, ninguna editorial en catalán había apostado por una novela BL, o boyslove, original en catalán; se trata del primer BL de la literatura catalana. Todo surgió en curso de historia de la literatura catalana LGTBI, impartido por Sebastià Portell, donde me di cuenta de que el panorama era deprimente, no había ni una sola historia que fuese feliz y bonita. La verdad es que como sociedad nos va el drama, jeje.

De hecho, pocas traducciones se han visto de novelas que narren una historia de amor entre dos hombres sin estigmas, que simplemente sea una historia romántica: aparte de Heartstopper, en cómic, no hay donde escoger. Novelas como Con amor, Simon o Blanco, Rojo y Sangre azul solo se pueden leer en castellano.

CV. Comentas en tu blog que narras la relación entre Joel y Víctor de forma “natural»… Y que hay un final feliz.

JR. Pues sí, ellos se quieren, y aunque uno sea un vivo, y el otro un fantasma y esté muerto, simplemente llevan su relación con naturalidad, se ruborizan al recibir un cumplido, se reparten las tareas del hogar, hacen planes en el tiempo libre, hablan de sexo sin tapujos, discuten sobre quién es más lógico de Star Trek, si Spock o Data, sobre qué versión de Battlestar Galactica es mejor…

Y viven su final feliz, por supuesto, aunque tal vez no sea el que esperemos. Lo que tenía claro es que en el colectivo LGTBI necesitamos historias felices, hay demasiado estigma con armarios, enfermedades y terapias en la literatura y tenemos que empezar a sacudirnos todo eso de encima, hay que demostrar que se puede ser feliz siendo gay en España, y no solo como el amigo gracioso de las series de televisión.

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Josep en Alibri. Fotografía de Josep Rodríguez.

CV. Así como el boyslove va dirigido en los países de los que proviene, por lo general, a mujeres, ¿has querido romper ese tópico con Mentre durin les espelmes?

JR. Un poco sí. Cabe decir que aquí hay mucho gay que sigue estas historias también, pero el público femenino predomina. Lo ideal sería que los hombres heterosexuales también leyeran esta historia, o cualquier otra, sin importarle la orientación de sus personajes. Algún hombre heterosexual me ha comentado que le gusta la novela “pero ya veremos cuando llegue a las escenas donde haya sexo”; sobran las palabras, yo no cierro una novela si hay sexo heterosexual en ella. Hacen falta lecturas como esta en institutos para romper esos prejuicios, porque me consta que hay muchas más mujeres que hombres comprando la novela. Pero si las mujeres están contentas con ella, ¡adelante!

CV. ¿De qué forma consideras que has contribuido a la literatura y a la conciencia social con esta novela?

JR. Como decía antes, a normalizar una situación: dos hombres se conocen, se gustan y se quieren. Punto. Solo hay que ver las agresiones que ha habido días atrás en Barcelona para darse cuenta de que queda mucho camino por recorrer.

CV. Sobre los escenarios de la novela, ¿te has inspirado en lugares reales?

JR. ¡Bastantes! Ya me han pedido una ruta literaria y todo. La casa de Joel en el carrer de Flassaders existe de verdad, es la de una amiga, me iba bien por una escena de la novela donde juego con las vistas de la Catedral de Barcelona.

El cementerio del Poblenou3 está descrito al detalle; de hecho, el mausoleo de Víctor es real, así como la famosa escultura de El beso de la muerte o el culto popular al Santet.

Los parajes del Delta del Ebro, con algunos paseos que realizan los protagonistas, también se pueden visitar. Y Barcelona da para mucho, los personajes recorren Gràcia durante sus fiestas, el Gótico, iglesias como Sant Miquel del Port, en la Barceloneta, las playas en las fiestas de la Mercè, la tetería Caelum…

CV. ¿Crees que es necesario haber estado en Japón para experimentar el haiku?

JR. No, en absoluto. Eso sí, has de conocerlo: su cultura, su filosofía, su literatura… Si no, no se puede hacer un buen haiku, simplemente harás un poema de 5-7-5 sílabas.

He viajado a Japón dos veces: la primera vez en grupo el año 2009 durante un mes en agosto, la segunda en las navidades de 2011-2012, para visitar un amigo que estudiaba allí. Evidentemente, ir a Japón fue un sueño hecho realidad, ya he comentado antes que soy de la generación Bola de Drac y visitar lugares que salen en los mangas y animes fue una maravilla.

También he de decir que por esa época fue cuando empezaba a leer haikus más asiduamente gracias a internet, así que me dediqué a ir a museos de arte, a templos, a jardines… todo lo que me sirviera para entender mejor la cultura nipona más allá del manga fue bienvenido: recuerdo con especial admiración el museo de arte Ota, en Harajuku, dedicado al ukiyo-e, el grabado japonés.

Y en parte creo que eso me ayudó a entender mejor el concepto de haiku, y es que, si quieres escribir poesía de una cultura tan diferente a la nuestra, lo mejor que puedes hacer es mirar de entenderla para no cometer barbaridades.

CV. ¿Cuál es tu primera experiencia con la literatura japonesa y los haikus?

JR. Pues en el instituto nos hablaron de los haikus a través de las muestras en autores como Salvat-Papasseït o Borges4 y recuerdo que pedí una antología de literatura japonesa en el Círculo de Lectores. A partir de ahí, empecé a indagar y a comprar algún libro de haikus hasta que me lancé a escribirlos y a tomar cursos de poesía japonesa.

CV. La creación de haikus está muy extendida en España. ¿Con qué asociaciones o autores estás en contacto?

JR. Soy cliente asiduo de la Librería Haiku, el sancta sanctorum del haiku en Cataluña, donde se imparten cursos y talleres, se hacen lecturas, certámenes… Es increíble la cantidad de gente afín al haiku que mueve esta librería. Y gracias a las nuevas tecnologías, estoy en contacto con Haiku Argentina, una asociación donde también se realizan cursos, certámenes, videoconferencias con lecturas…

CV. ¿Qué piensas de los haikus en lengua no japonesa? Muchos autores reconocidos también lo han cultivado, como Mario Benedetti.

Crédito y derechos: Josep Rodríguez Ferrer.

JR. Que en general, no se sabe lo que es un haiku. Muchos autores dicen hacer haikus por el mero hecho de hacer un poema de 5-7-5 sílabas, pero no tienen ni idea, la métrica es lo menos importante en un haiku, no pasa nada si varías el patrón. Vicente Haya5, el gran estudioso de los haikus en lengua hispana, proclama que Benedetti “prostituye” el haiku, y yo estoy de acuerdo con él: un haiku ni tiene metáforas, ni rima, ni yo poético, ni palabras complicadas, ni reflexiones filosóficas ni nada de lo que usaron autores como Benedetti o Espriu. No les quito el mérito como poemas, pero en castellano eso que hacen se llama greguería6.

Es como si yo decido hacer un soneto sin rima y con métrica irregular, pero como junto dos cuartetos y dos tercetos, le llamo soneto. Pues eso es una falta de respeto, si no conoces una tradición que no es tuya, antes de escribir, infórmate, estudia… Puedo entender la confusión hace cien años cuando empezaron a circular haikus por Europa, pero no hoy en día. Con el fácil acceso a la información que tenemos, es una falta de respeto decir que haces haikus.

CV. Realizas actos en vivo con haikus. ¿Qué te ha llevado a ofrecer estos servicios tan “rústicos” en plena era digital?

JR. La cultura de base es genial, en Barcelona hay espacios donde puedes ir a recitar en vivo, y a mí me gusta ir y leer algún cuento, recitar algún poema o una tanda de haikus.

Gracias a eso, he acercado el haiku a mucha gente que lo desconocía o que le era indiferente porque solo había escuchado no-haikus, y desconocía la belleza y la dificultad que se esconden tras esta poesía.

Y recitar en público es precioso, estar en contacto con la gente es lo mejor de ser escritor.

CV. Para escribir un haiku, hay que sentir algo primero…

JR. ¿Cómo te lo diría? Has de sentir un flechazo. Has de estar atento al mundo que te rodea y entonces llega: puede ser la caída de una hoja, el vuelo de un ave, la sombra de un objeto, el contraste frío-calor en invierno, el humo de un autobús… cualquier cosa que te haga desaparecer como poeta y se centre solo en el objeto puede ser lo que te inspire a escribir.

Y no dejar que ese sentimiento arrolle el poema, ni la tentación de adornarlo. El haiku, cuanto más sencillo, mejor, y sin lirismo, por favor.

CV. Hace años le mostré los haikus a un conocido, le expliqué lo que eran, y me respondió con enfado: Son frases tontas y sin sentido. ¿Qué le dirías tú?

JR. Que no está hecha la miel para la boca del asno.

Mentre durin les espelmes. De Josep Rodríguez Ferrer

Voliana Edicions, 2021.

Tapa blanda, 182 páginas.

Tamaño: 21 x 14 cm.

Ilustraciones y portada: @juddmoren

ISBN: 978-84-123441-0-3


1 El haiku es un poema corto japonés de 17 sílabas dividido en versos de 5-7-5. En él se cuenta, de forma sencilla, un sentimiento nacido en un lugar dado, en un momento específico. Deriva del haikai y su forma actual apareció sobre el siglo XV-XVI. Este poema está muy ligado a la filosofía zen.

2 Pere Calders i Rossinyol (1912-1995). Escritor catalán, exiliado en México tras la Guerra Civil Española. Su primera obra fue El primer arlequí, libro de relatos publicado en 1936.

3 El cementerio de Poblenou forma parte de la Ruta de los Cementerios y, junto al cementerio de Montjuïc, es uno de los mejores ejemplos turísticos de monumentos funerarios.

4 Haikus de Borges. Publicados en La cifra, 1981.

5 Vicente Haya es docente e investigador en la Universidad de Sevilla. Posee una amplia bibliografía sobre haiku y literatura japonesa, entre otros.

6 Las greguerías son breves composiciones en prosa, con interpretaciones o comentarios ingeniosos y humorísticos sobre aspectos de la vida corriente, que fueron creadas y así denominadas por el escritor Ramón Gómez de la Serna que escribió más de diez mil greguerías. Ramón definió la greguería como «humorismo + metáfora». (Extraído de juegosdepalabras.com)

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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