Segunda parte de la reseña del libro Homenaje a Tolkien que tanto me está gustando. Aquí van otros siete cuentos más.
Homenaje a Tolkien. Reseña Parte 2. Siete cuentos más del volumen
Espero que os haya gustado la primera parte de esta reseña con los autores y sus cuentos comentados. Sigo viendo variedad de temas y registros, pero, sobre todo, están centrados en mundos mágicos donde la fantasía reina a sus anchas con magos, brujas, conjuros, dragones, seres malignos y otros benignos, seres mitológicos, reinos fascinantes regidos por monarcas, lugares extraños e insólitos, sucesos increíbles, conexiones con la naturaleza y fuerzas naturales de la tierra y los elementos, el bien y el mal… Vamos, que el vínculo con los temas de Tolkien están más que justificados.
Por suerte, la calidad sigue siendo alta, y el tono adulto; no necesariamente brusco o prohibitivo para jóvenes o niños, sino realista, como la vida. No se andan con boberías ni pamplinas infantiles. Así, pues, esta tanda de cuentos, tan variopinta como completa, ayuda a hacerse una idea de la imaginación que somos capaces de extender con palabras, así como a conocer a tantos autores que no nos suenan sus nombres, y no encerrarnos en los mismos de siempre —sabemos que el «negocio del nombre» tira mucho de la masa lectora, tanto para bien como para mal—. En mi caso, debo decir que ha sido una experiencia satisfactoria acercarme a estas plumas del siglo XX, a las que no habría conocido de no ser por este libro y, por supuesto, por su título.
Así pues, vayamos con las reseñas de esta segunda parte, a comentar desde un punto de vista lo más objetivo posible y con respeto qué he encontrado en estos títulos.
La comunidad del dragón. Patricia A. McKillip
El arpista de la reina Celidonia ha desaparecido, y en lugar de enviar a sus caballeros en su busca, contrata a cinco amigas, entre ellas la narradora, para que viajen a tierras mágicas y logren encontrarlo. Según se enteran después, el arpista ha sido secuestrado por el dragón Tremptor Negro, y el camino de las mujeres estará salpicado de trampas y magia.

He de reconocer que es el primer cuento que me ha resultado menos interesante, según avanzo la lectura. Y no por el tema o los sucesos que ocurren, en sí mismos, sino por cierta sobrecarga de acertijos y hechos finales que requerirían otra lectura más atenta, quizá. Pero al final, te pierdes entre giros inesperados, adivinanzas y palabras encriptadas que hacen perder todo el sentido de la lógica que, hasta el momento, hacía avanzar la narración.
Por otro lado, el paralelismo del título con Tolkien es evidente, y por ello imita, en cierto modo, a la gran hazaña de Frodo y compañía para destruir el Anillo, enfundando a las cinco intrépidas compañeras en una travesía que las marcará profundamente. El mayor peligro es uno mismo, y las protagonistas no están exentas de tentaciones durante el trayecto. ¿Qué encontrarán al final? Pues sí, hay sorpresa.
El pato de reclamo. Harry Turtledove
Nuevas alegorías que parecen repetir una historia que muchos conocemos. El pueblo sureño de Videssos envía cuatro predicadores a Halogaland, uno de los cuales fue un niño halogai que creció en Videssos como esclavo, pero se convirtió a la religión del buen dios Phaos. Esta práctica molesta a Skatval el Enérgico, jefe del pueblo, pues allí ya tienen a su propio dios, y pronto comenzarán los encontronazos.

El pato de reclamo es el antiguo esclavo Kveldulf, que ahora, adulto, intenta arrastrar a su pueblo de origen a la religión «verdadera». Quizá así, Halogaland se convierta a Phaos. Pero es un pueblo muy difícil. El paralelismo con las misiones cristianas en tierras lejanas es abrumador, así como la figura del buen dios Phaos con Jesucristo o Dios. No cabe duda de que el ambiente donde se desarrolla la historia es claramente de influencia nórdica/vikinga, dados los nombres. No estoy puesto en historia y menos en la cultura del norte de Europa, pero al hablar de fiordos, naves que arriban a la costa de un pueblo rudo, gentes de aspecto ario diferente a los videssianos, costumbres menos refinadas y mentalidad contra un imperio aglutinador que maneja la religión de Phaos, creo que es una buena conclusión.
Tolkien estudió muchísimas lenguas —por algo era filólogo— y se empapó de mitología y narraciones antiguas como el Kalevala, Beowulf, los Edda, el catolicismo —no solo por ser su religión—, el Cantar de los Nibelungos, mitos griegos, ciclo artúrico… Quizá parte de estas influencias están reflejadas en este cuento. Ya os digo que, hasta donde yo sé, la historia de El pato de reclamo podría ser una amalgama de estas culturas y mitologías. Todo es cuestión de informarse y preguntar.
Nueve hebras de oro. Andre Norton.

Lethe, una tejedora, encuentra a un grupo de niños en una fortaleza desolada. Hace un tiempo los demonios consiguieron dominar los territorios y feudos adyacentes, muriendo los adultos y perdiendo los reinos. Un mal acecha al grupo de niños, que esconde un secreto, y Lethe debe descubrir cuál es ese mal y cómo intentará destruirlos.
Precioso relato, algo enrevesado —yo habría desarrollado algo más la historia para comprender mejor algunos datos—. Lethe es una suerte de Gandalf con el poder de derribar la oscuridad, de intuir sus juegos, incluso de exorcizar el mal. Es una tejedora, una maga, cuyo propósito sale a la luz solo cuando es necesario, o, al menos, es lo que he entendido. Ecos de Tolkien, de sus principales temas: la sutileza del mal a la hora de corromper a los seres humanos. Hace hincapié en la unión de las voluntades, cuya fuerza puede enfrentar cualquier tipo de maldad.
El mago. Charles de Lint.
Wendy, una camarera con alma de poetisa, conoce un día a John Windle, un mago que pasea por el barrio; entonces, él le habla del Árbol de los Cuentos, un viejo roble milenario que acaba de ser cortado porque daba demasiada sombra a la oficina del bibliotecario. A partir de entonces, favorece un cambio interior en Wendy.
Este es otro ejemplo de homenaje a Tolkien por medio de elementos que fueron relevantes en la vida y la obra del autor. El pilar central lo representa el viejo roble, contenedor de las historias de las personas a través del tiempo, y que exhala cierto tipo de vida. Los árboles eran muy importantes para Tolkien, puesto que aparecen en sus textos con fuerte simbolismo. Hay quien cree que los árboles de Valinor aluden a los árboles de la Ciencia del Bien y del Mal y de la vida, que encontramos en la Biblia. Tolkien creció entre árboles, los abrazaba. No es de extrañar que este cuento supure tanto significado sobre el autor.

Otro elemento a tener en cuenta y que el mago explica claramente es el avance industrial que arrasa con la naturaleza, algo que Tolkien detestaba, incluso describía como «máquinas de Mordor», según leí en una de sus biografías que, ahora mismo, no recuerdo exactamente cuál, pues fue hace bastante tiempo. Asimismo, la industrialización no es lo único que acecha a la naturaleza, sino que trae consigo que las personas olviden sus raíces, sus orígenes; incluso que las personas dejan de contarse historias y de comunicarse entre ellas.
Personalmente, identifico al mago como al propio Tolkien, quien llevaba en sí mismo el estudio de tantos mitos y literatura ancestral de tantas culturas dentro y fuera de Europa, que era como un genio de contar historias. Como Windle, se lamentaba de la pérdida natural, humana y espiritual que lo invadía todo. Y al final, su alma de quedó atrás, atrapado en la civilización que arrasaba con los campos y los árboles.
Además, el hecho de que sea un bibliotecario quien mande cortar el viejo roble tiene aún más delito, y por eso Windle quiere trasmitir a alguien con capacidad para contar historias, como Wendy; alguien que valora las palabras y la comunicación, con todo su saber, haciendo renacer al roble de una de sus bellotas caídas.
Charles de Lint describe al mago como… al típico mago que todos tenemos en nuestro imaginario, bondadoso, despistado, anciano, con túnica y sombrero con plumas y algunas flores, barba regia, y aspecto de Papá Noel, montado en su bicicleta en la que recorre ansioso las calles de Lower Crowsea. ¿Quién sabe si hay alguno cerca de nosotros que vela por los árboles centenarios que cobijan en su interior la historia del mundo?
La casa Halfling. Dennis L. McKiernan.
Sin pretender desmerecer el relato, tengo que reconocer que ha sido el segundo que más me ha costado leer. En principio no tiene un objetivo claro, pues se desvanece a cada párrafo en un derrotero diferente para, al final, contar una historia que puede sonar absurda sin tener porqué ser mala.

Una especie de compañía de seres medianos y mitológicos de diferentes razas y procedencias (gnomos, enanos, warrows, pixies, hadas y algunos más) se encuentran con la casa Halfling, una posada que aparece y desaparece en cualquier sitio. El hijo y sobrino de los dueños han desaparecido en uno de sus anteriores viajes, y la compañía deberá encontrarlos.
Extraña aventura, pues, la de los medianos, repleta de magia y, en ocasiones, de exageradas referencias escatológicas. No sé la necesidad de envolver a los personajes en escenarios desagradables, pero no contento con eso, también existen referencias a drogas y otros impulsos más bien humanos de carácter inmoral. Para nada censurable, pero extraño en esta antología. Vuelvo a lo de antes: que no me guste no significa que pueda reprocharle nada. Para gustos, colores.
En algún momento se nombra a los hobbits como una de las razas de Gente Mediana, entre muchas otras, además de las que protagonizan la aventura. Les acompaña un zorro del que el narrador, Bork, desconfía al ver que lo mira siempre con las fauces salivando. Toques de humor por aquí y por allá, fantasía y un tono narrativo algo infantil para mi gusto.
Oro o plata. Emma Bull
Cuando el príncipe de Hark Final desaparece, brujas y otras personalidades salen en su busca. Aliseda Búho emprende también el viaje, donde los demás han fracasado. Pero cuando ésta deja de dar señales por medio de su magia, Luna Muy Fina, su joven discípula, también sale a buscarla.

Curioso relato, uno de los más largos del libro, y que más me ha costado leer; bien por su espeso lenguaje, bien porque detalla en exceso. Ha habido ocasiones en que tenía que dejar de leer para recuperarme y seguir en otro momento. Después, ha aligerado el texto, el ritmo y los sucesos del cuento. Quizá demasiado endeble en algunos puntos, en el sentido sentimental. Sin embargo, ¡qué decir del conjunto! Pues sí, lo considero también bueno a pesar de esos puntos negativos.
¿Qué conclusiones podemos sacar de Oro o plata? Muchas enseñanzas encerradas en su texto. Y mucha magia. La magia ha concentrado gran parte del relato, con los hechizos, visiones y apariciones que pueblan la historia. Y también los detalles: las brujas saben leer las pistas que puede dejar un suceso, igual que un forense analiza la escena de un crimen, con elementos que escapan al conocimiento del resto de mortales. Fijaos que el término bruja es empleado aquí de manera positiva. Son más que curanderas, y poseen fuertes vínculos con la naturaleza y las cosas hechas con la naturaleza, como el oro y la plata.
Creo que aquí un paralelismo con la fuerza que la Naturaleza tiene en la obra de Tolkien, si bien la fantasía y la magia siempre han estado ligadas a lo natural, los elementos y las sustancias naturales. Otro paralelismo es el estilo narrativo empleado y que, como he mencionado antes, se basa en la espesura de vocabulario y descripciones. Ojo, no estoy comparando a los dos autores, ni mucho menos, pero sí afirmo que encuentro en este relato de Bull esa técnica que en Tolkien me agrada más.
La aprendiza del mago. Karen Haber

A pocos días del próximo cónclave de magos, el anciano Néstor solicita un nuevo aprendiz. Pero su ayudante le trae a una jovencita huérfana, por lo que Néstor se resiste a tener a una chica, a la que ve más apta para un puesto de bruja. Sin embargo, los derroteros de la historia los llevan a situaciones límite que demostrarán que una muchacha es tan válida como un muchacho para ser mago.
Simpático cuento que podría pretender, según su lectura, romper estereotipos de sexo entre magos y brujas; y si vamos más allá, entre costumbres. Tampoco hay episodios violentos o machistas, no os preocupéis. Se trata de encasillar tradiciones. Que la autora haya querido decir otra cosa, eso ya es asunto de ella. Mi lectura ha sido benevolente, sin ánimo de ofender ni maltratar a nadie.
En un tono quizá demasiado tierno para mi gusto, pero adulto, la narración del cuento nos sumerge en un mundo totalmente de fantasía con sus elfos, dragones, magos y brujas, encantamientos… Sigo viendo referencias a Tolkien o, también, a la fantasía «creada» o utilizada por Tolkien. Se deja leer y sus personajes no solo tienen nombres, sino una personalidad bastante fuerte y determinada que ayuda a entender y disfrutar el cuento.
Final de la parte 2
Y sin más, me despido hasta la tercera y última parte de esta reseña, que incluirá, claro está, mi valoración final y personal del libro completo, y algunas cosas más que, estoy seguro, os encantará. Disfrutad del libro, quienes ya lo tengáis, y si no, os animo a buscarlo. Hay muchas ofertas de segunda mano y en varias ediciones. ¡Hasta la próxima reseña!
RESEÑA PARTE 3
Homenaje a Tolkien. 19 relatos fantásticos. Varios autores. 1992.

Título original: After the King: Stories in Honor of J.R.R. Tolkien.
Grupo Editorial CEAC. Timun Mas. 1999.
Colección Fantasía Épica. Edición bolsillo.
Rústica sin solapas. 448 páginas.
Traducción: Jaume de Marcos, Mila López y Elvira Sáiz.
Selección: Martin H. Greenberg.
Introducción: Jane Yolen.
ISNB: 84-480-3919-X
Tripulación CosmoVersus

- Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.