‘La raza futura’. Edward Bulwer-Lytton (1871). Gaspar&Rimbau Editorial.

Existieron antes que nosotros, y ahora, en el último tercio del siglo XIX, uno de los nuestros llega a su morada, bajo tierra, en lo más profundo, tras guiarse accidentalmente por unos misteriosos destellos. La raza futura, la que vendrá, vive bajo nuestros pies. Edward Bulwer-Lytton describe con belleza e inteligencia una utopía de hermosos ropajes bajo los que se esconden verdaderos lobos.

Podemos recordar la novela Mirando atrás: desde 2000 a 1887, bajo el pretexto de la forma y esquema de esta otra novela, también de ciencia ficción y que hoy nos ocupa. La raza futura, o en otras ediciones conocida como Vril: el poder de la raza futura o La raza venidera, cuenta la historia de un joven que se interna en una mina para terminar, accidentalmente, cayendo en una sima de donde surge un resplandor de luces misteriosas, y que no tardará en descubriendo una civilización que se remonta a muchos siglos antes de nuestra raza, y de la que, probablemente, las dos tengamos idénticos ancestros.

Así, de la mano del protagonista, cuyo nombre no aparece en la novela, será salvado por un niño y llevado a los aposentos de uno de los más poderosos hombres de los Vril-ya, la raza de piel rojiza y arrolladora belleza. El desarrollo posterior es bien sencillo, pues trata de los conocimientos que el joven humano nos transmite. Por lo tanto, no existe acción en términos de aventuras, aunque sí en ciertos hechos.

Conoceremos cómo piensan en profundidad los Vril-ya, dividios en Ana y Gy (hombre y mujer, respectivamente), cómo viven y se relacionan. Asistiremos a sus obras teatrales, su forma de hacer poesía, su religión y tecnología, muy adelantada a la nuestra en los años en que son visitados por el incauto humano. Y mucho más que no desvelo por no hablar demasiado. No obstante, los Vril-ya son solo una facción de esa raza, una división de seres civilizados y desarrollados, en contrapunto a otras comunidades no denominadas igual.

«La cortesía exquisita y la delicadez de maneras de los Vril-ya, la generosidad de sus sentimientos, su libertada absoluta para satisfacer sus aficiones, la dulzura de sus relaciones domésticas en que cada cual da prueba de una elevada alma que no desconfía nunca de los actos o de las palabras del otro, todo eso hace de los Vril-ya, la más perfect nobleza que un discípulo político de Platón o de Sidney haya concebido como ideal de una repúlbica aristocrática».

Edward Bulwer-Lytton. La raza futura.

Esta novela surge, como buena muestra de las precursoras de la ciencia ficción, en un interesante estudio filosófico y psicológico de los Vril-ya, cuya fuente de poder, es el vril, una energía —de origen místico y legendario— que deriva, posiblemente, de lo que en nuestra sociedad es el magnetismo u otras sustancias químicas y asociadas a falsas doctrinas energéticas, como el mesmerismo, aunque el protagonista lo explica lo mejor que puede. Las diferencias entre hombres y mujeres dotan a estas de mayor poder social y físico, así como de mejor manejo del vril, intrínseco a la naturaleza de estas personas.

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Edward Bulwer-Lytton

Bajo las interminables cavernas, se despliega toda la historia de los Vril-ya, en la que no faltan bárbaros, y de los que reniegan los anfitriones de nuestro perdido amigo. Nos encontramos, pues, ante una obra muy adelantada por sus ideas, plasmadas de forma natural por su autor, como un ejemplo de la perfección espiritual y práctica que ha permitido a esa raza hermana mantenerse y desarrollarse desde tantos eones atrás. Sin embargo, muy pronto el muchacho será víctima de sus terrores, al prevenir, en las palabras de los Vril-ya, y en su historia, que no todo es tan maravilloso. ¿Qué harías tú, lector, si de pronto, todo el respeto y bondad, la felicidad y finura de sus maneras y estilo de vida de los Vril-ya, se tornara en un racismo recalcitrante contra toda raza o sociedad diferente a la suya?

«Cuando sus efectos [del vril] fueron más conocidos y mejor aplicados, cesó todo entre los pueblos descubridores del vril; pues habían llevado el arte de destruir a tal perfección, que se anulaba toda superioridad de número, de disciplina y de talento militar. El fuego encerrado en una barita que manejaba la mano de un niño, podía derribar la fortaleza más inexpugnable o abrir un camino de llamas, de las avanzadas a la retaguardia, a través de un ejército formado en batalla. Si chocaban dos ejércitos que disponían del fluido, debían aniquilarse recíprocamente.»

Edward Bulwer-Lytton. La raza futura.

Eso es exactamente lo que sucede. Y, además, la obra, cuyo objetivo era criticar este pensamiento supremacista, encantó a un temprano Adolf Hitler y compañía, que encontraron en el libro un maravilloso corolario de sus ideas, y un ejemplo de sus intenciones futuras. En este caso, la premonición se llevó a cabo bajo el signo de la cruz gamada. Edward Bulwer-Lytton… ¿qué habría hecho de saber para lo que inspiró su libro? Después de todo, malas interpretaciones hay en todas partes y todos los tiempos.

Dentro de lo más llamativo de la novela es la nobleza de palabra del autor, la descripción compacta de términos y conceptos inexistentes en nuestra lengua pero sugerentes y susceptibles de ser atrapados y comprendidos dentro del contexto de esta sociedad. Principalmente llaman la atención dos conceptos: la lengua, ligada directamente a la distribución de subrazas y culturas dentro de los propios Vril-ya, y la superioridad cultural y física de la mujer, por quien gira en torno gran parte de los comportamientos y costumbres sociales de este pueblo.

Como decía anteriormente, nuestro amigo, el Tish para esta curiosa raza —significado explicado en el libro—, correrá un grave peligro, puesto que, sin haber realizado acción hostil alguna para los Vril-ya, su estancia en la ciudad no será del todo apreciada. En la propia cultura y leyes de este pueblo quedará patente el riesgo de permanecer junto a ellos, y el fantasma del vril, que sirve tanto para curar enfermedades, hacer volar los cuerpos y carbonizar un ejército al instante, rondará en la cada vez más neurótico comportamiento del protagonista. Nunca una gente tan hermosa y con tan alto concepto del amor y el respeto podría conllevar una amenaza no solo para un hombre, sino para toda la humanidad.

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Satán presidiendo el Concilio del Infierno, de John Martin. Grabado incluido en el libro.

El lazo entre dos mundos ha quedado anudado, hasta que, algún día, podría ser que se quebrara por cualquiera de las dos partes. Pero, ¿cuál vencería? ¿Qué intenciones tienen los Vril-ya sobre los humanos? El intenso poder de succión de esta novela con sus enigmáticos inventos, sus términos y conceptos abstractos, su lengua tan viva como cualquier otra y el mensaje del mal que nos amenaza desde lo más profundo, engancha a la mente inquieta de saber y sentimientos que se acerque a ella.

Como punto final, la obra muestra, además, un aire de irónica crítica a los Estados Unidos, puesto que el protagonista es estaounidense, y no deja de prodigar las maravillas del sistema político y cultural de su tierra, ya huérfana del Imperio madre inglés. Y no hay que olvidarse de la introducción de Alberto García Gutiérrez, nuestro divulgador habitual en las ediciones de Gaspar&Rimbau Editorial y en el podcast Verne y Wells Ciencia Ficción, donde nos ofrece un repaso sobre el autor, su obra y afición ocultista, también impresa en algunas de sus obras.

«(…) pasé ligeramente, aunque con indulgencia, sobre las instituciones antiguas y ya en decadencia de Europa, a fin de extenderme sobre la grandeza actual y la preeminencia futura de la República Americana, en la cual Europa, no sin alguna envidia, busca sus modelos y ante la cual tiembla previendo su suerte.

Edward Bulwer-Lytton. La raza futura.

Edward Bulwer-Lytton no curioseó solo en la ciencia ficción, sino en la Historia y el terror y el misterio, como lo demuestran otras de sus obras; Los últimos días de Pompeya, llevada al cine y a la TV en varias ocasiones desde el segundo tercio del siglo XX hasta nuestros días; también está Zanoni, una novela ocultista, o A strange story, una colección de cuentos de terror. En su ensayo El horror sobrenatural en la literatura, H. P. Lovecraft alabó la narrativa de Bulwer-Lytton.

Contemporáneo de Mary Shelley, Edgar Allan Poe, Washington Irving, Gustavo Adolfo Bécquer, Enrique Gaspar y Edward Bellamy —estos dos últimos publicados también por Gaspar&Rimbau Editorial—, Edward Bulwer-Lytton fue, además, político, poeta y dramaturgo bajo el signo del Romanticismo. En la edición que he leído, acompañan las impactantes y evocadoras ilustraciones de John Martin, curiosamente nombrado en la propia novela; son grabados y cuadros que, sin estar ligados al libro, encajan a la perfección con el espíritu y el ambiente del mismo, representando gigantescas ciudades de piedra, pirámides, figuras aladas, todo ello envuelto en una atmósfera oscura y de fuerte impresión romántica. John Martin dejó un legado en pintores románticos venideros como Thomas Cole, con sus bellos paisajes de la mítica Arcadia, los cuales admiro.

En resumen, la Utopía Hostil que Bulwer-Lytton presenta en La raza futura, desvela una obra clave de los precursores de la ciencia ficción en su largo y evolutivo camino desde los siglos XIX y XX. Buen sabor de boca, si se me permite decirlo. Es de esos libros con que armas una película mientras los lees. En mi caso, tal entusiasmo se refleja en mi imaginación visual, en la que mostraba a los personajes al estilo del cine de la década de los 50 del pasado siglo, con aquellas voces de doblaje español endulzadas y efectos especiales rudimentarios pero efectivos. ¿Qué pasaría si adaptáramos esta obra a nuestros días? A veces no tengo palabras para reflejar las emociones de una buena lectura —¡pero sí las tengo para mis historias!—, pero considero un buen ejemplo visualizar la novela mientras la lees. No solo encuentras un compañero de viaje cuando quitas el marcapáginas y continúas leyendo, sino que aprendes y entiendes; enlazas con otros libros ya leídos, y ahí vas creando una cadena de acontecimientos.

Vamos, que todo esto por leer un libro fascinante e inteligente en su concepción y objetivo, que no puedo más que recomendar con todo el fervor posible.

Puedes adquirir este libro en la web de la editorial:

LA RAZA FUTURA – WEB GASPAR&RIMBAU EDITORIAL


BIBLIOGRAFÍA

La raza futura (The coming race). Edward Bulwer-Lytton, 1871.

-Gaspar&Rimbau Editorial, 2018.

-Ilustraciones de John Martin, B/N.

-Tapa blanda, 306 páginas.

-ISBN: 9788494890888

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Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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