‘V’, la serie final de 1985 (‘V, los visitantes’ III y último) Parte 1 [Reseña]

Por fin, la esperada reseña de V, la serie final, que además ofrezco en dos partes, dada su extensión. Para todos los que os proclamáis fan de esta serie mítica de los 80.

Hace un año que dejé aparcadas las reseñas de la serie de televisión V (1983), y ya va siendo hora de dar carpetazo y concluir lo que dejé a medias. Sí, V no acabó en La batalla final, sino que fue extendida en 1984-85 con 19 capítulos más que no fueron tan brillantes, ni mucho menos, como sus predecesores. Esta serie tuvo menos presupuesto, guiones más bien mediocres, se cargaron a muchos personajes, los efectos especiales dejaban que desear y eran reciclados hasta la saciedad… Pero en su defensa diré que explotaron la imaginación más allá de lo que esperábamos, con una mezcla de folklore alienígena, mucha acción y tramas de telenovela.

Aun así, resultó un complemento que a día de hoy es imposible de olvidar. Dentro de su incuestionable cutrez, acabó siendo una producción de culto. Y debo admitir que se lo ganó a pesar de todo y de que su creador, Kenneth Johnson, ya no tuvo voz ni voto en la producción ni en el guion.

Advertencias

Antes de continuar quiero aclarar que los capítulos de V los he visionado todos con doblaje español de la época en que fue emitida. Cualquier error que cometieran conllevaría un error de interpretación por mi parte; así como los nombres y palabras en lenguaje visitante, los escribiré tal como me han llegado y como mejor puedo transcribirlos para que queden guay. Por supuesto, con esto quiero decir que no es algo canónico, sino aproximado, para entendernos, pues no he visto nunca una sola palabra escrita tal como la concibieron los creadores y guionistas.

Puede que suene a chapuza, pero creedme, mejor esto que nada.

Y lo más importante: voy a contar de todo, así que quienes no queráis enteraros de nada, no leáis esta reseña, porque desvelo muchísimas cosas.

Sinopsis

Como toda buena historia, el primer capítulo sienta las bases de lo que se avecina en los siguientes, aunque todo ello se truncará más pronto que tarde. Pero no adelantemos acontecimientos. El escenario presentado se resume de esta forma: estamos en el momento en que finaliza La batalla final. Diana intenta escapar de la nave nodriza y es capturada.

Nathan Bates, interpretado por Lane Smith. Foto: El condensador de fluzo.

Un año después se celebra el Día de la Liberación, y Diana es sometida a uno de los juicios más polémicos de la Historia de la Humanidad después de los de Nüremberg, tal como dicen los noticiarios de la Tierra —por crímenes contra la Humanidad y canibalismo; nuevas referencias al lamentable capítulo del nazismo en el siglo XX—. Por otro lado, Fronteras Científicas, dirigida por Nathan Bates (Lane Smith, años más tarde aparecería en Lois & Clark), un prolífico y millonario empresario, obtiene la patente del Polvo Rojo, el antídoto del mismo —los visitantes que se integran en la sociedad humana lo necesitan continuamente a modo de cápsulas— y se encarga de estudiar la tecnología de los visitantes, la que ha quedado en la Tierra. Pero su ansia de control es más poderosa: orquesta un falso atentado contra Diana en la que la dan públicamente por muerta para secuestrarla y obtener información valiosa de ella (curas de enfermedades y demás), de la que Fronteras Científicas se beneficiará comercialmente. Pero eso no es todo. Diana consigue pedir ayuda, la rescatan y descubren que el Polvo Rojo ya no les hace efecto en según qué zonas de la Tierra. Varias naves nodriza esperan impacientes detrás de la Luna…

Intro de los primeros 13 episodios de la temporada. Nótese cómo la mayoría de imágenes son de las miniseries. Y la música, parece la entrada a una telenovela norteamericana. Pero, ¿no es estupenda?

El principio

¿Qué os ha parecido? Interesante, ¿verdad? Bien, pues vienen curvas, porque habrá muchas sorpresas. Entre ellas, inolvidables escenas y tramas que han quedado grabadas en las retículas y la memoria de los telespectadores desde la primera vez que se emitió la serie: la Niña de las Estrellas y su fascinante transformación; las costumbres y religión alienígenas; romances y más tecnología extraña, casi mágica. La maldad de Diana será una constante invariable de la que sacar provecho. En resumen, que esta tanda de capítulos se caracteriza por la pura acción anecdótica y un obsesivo afán de explotación más allá de la intelectualidad y profundidad de las miniseries predecesoras. ¿Preparados para flipar?

June Chadwick como Lydia. Foto: Facebook.

Los dos primeros capítulos forman un arco, donde la paz se desmorona y los visitantes vuelven a invadir parcialmente algunas zonas de la Tierra, iniciando un nuevo ciclo argumental. Nuevas formaciones de la Resistencia llamada Frente de Liberación, campamentos de prisioneros… A partir del capítulo 3 son episodios auto conclusivos, con una historia o tema de fondo con principio y fin, apartados de la trama principal, y solo pequeños avances en la historia general. Como veis, es un tipo de narrativa totalmente diferente al de las miniseries. En ocasiones resulta muy aburrido, pues las historias de fondo se centran en gente que los protagonistas encuentran en su camino de lucha y les ayudan en su situación, tienen una plantilla definida. Estos personajes cuentan una historia en un contexto concreto, y no vuelven a aparecer. Son, para entendernos, como los casos de El Equipo A.

Uno de los mayores errores de esta serie, que mete un relleno barato inadmisible para completar los 45 minutos de cada capítulo. Además, son aburridísimos; pero hay algo que los hace interesantes, pues existen dos hilos argumentales: uno de la Resistencia, y otro de los visitantes. En el segundo caso, es interesantísimo y más dinámico seguir el guion de los lagartos, ya que en ellos descubrimos muchos aspectos de sus costumbres y cultura, superficialmente esbozados, eso sí. Y como colofón, la rivalidad entre Diana y otra de las comandantes de la nave: Lydia.

Las lagartas de V

En contraposición a Diana, Lydia es rubia, más emocional pero igual de malvada. No serán pocas las ocasiones en que se pongan trampas y zancadillas una a la otra, con resultados terribles y cómicos. Esto hay que tenerlo muy en cuenta: el humor en esta etapa de V tiene un lugar muy privilegiado, algo que en las miniseries no existía. A mi entender, destroza el perfil de Diana, figura terrorífica en sus principios. Ahora cae en el típico juego de las “peleas de gatas” tan presentes en las soap operas o dramas de la época, lo que termina por ridiculizar al personaje. Con esto podemos ver que los visitantes están más que humanizados, a pesar de que vienen de otra estrella lejana.

Sigamos con Diana. Ya teníamos claro el tipo de “hembra” que es. Pues bien, la imagen más importante que explotarán es la de guerrera, tanto en imágenes icónicas como en las promocionales. ¿Quién no recuerda esa fotografía de Diana con un traje blanco roto a jirones, postura de vencedora y mujer dura, empuñando un arma alienígena y su expresión desafiante? Sí, esa imagen imponente y sexual de la mujer fuerte y “culturista”, despiadada, que en los 80 era muy típica. Otro enfoque que ya comenzara la miniserie original con un temperamento más comedido y pasivamente hostil.

Diana no es la única mujer sex-symbol que utiliza V en esta etapa. Desgraciadamente, hay otras dos que apenas tienen unos minutos de protagonismo y casi diálogo. Un desperdicio porque la caracterización de una de ellas daba para más. Se trata de Mary Kruger, el Ángel Negro de Dallas. En el capítulo 6, durante una reunión de peces gordos para presentar un nuevo aparato que agiliza el procesamiento de cuerpos humanos (hablaré de ello más adelante), aparece una mujer fuera de lo normal, de la que hablan barbaridades, como un personaje despiadado en una guerra. Solo tiene unas palabras en todo el capítulo, y las imágenes promocionales la sitúan como alguien con protagonismo, cosa que no ocurre, pues se la cargan sin más. Otra caracterización desafortunadamente destrozada.

Sybil Danning como Mary Kruger, vacilando a los solados. Foto: Pinterest.

Mary Kruger (siguen utilizando nombres humanos) está interpretada por Sybil Danning, austriaca que inició su carrera como modelo, pero pasó a actriz, y de qué modo. Papeles de villana, cine de terror (como las sagas Aullidos o Halloween), cine de acción, y fue portada de Playboy. Con esto resumo el mito erótico que encarnaba la actriz, mito despedazado en el ínfimo papel de V, desaprovechada y hasta diría yo, que despreciada. Estos detalles quitan mérito a la serie. El bañador atigrado y posturas sugerentes con que aparece en las pocas escenas e imágenes promocionales da idea de lo que podía haber sido, y no llegó más que a ser un gancho engañoso para los telespectadores. Para entendernos, algo parecido a lo que hicieron con Drew Barrimore en Scream. Con todo, quién sabe si el apellido fue inspirado por nuestro amigo pesadillesco Freddy Krueger, pues por esa época estrenaban Pesadilla en Elm Street, más o menos las fechas coinciden. Este apellido se acercaría, pues, al carácter que querían atribuir al Ángel Negro de Dallas.

Elisabeth

Bien, no tenéis que seguir leyendo si no queréis porque aquí destripamos todo lo que se ponga a tiro, ya que de eso va el tema, de reseñar. Y no se puede hacer bien sin conocer a fondo los hechos. La Niña de las Estrellas es un tema preferente en V. Durante la primera parte de esta serie los visitantes intentan recuperar a Elisabeth a toda costa. Ya sabemos que la niña tenía predilección por la paz, algo a lo que Diana se oponía cuando intentó enseñarle lo-que-fuese. Y que es una híbrida de humana y visitante. Esto la hizo crecer en pocos meses a un estado de 8 años. Pero ahora, después de un año, vuelve a pasar.

Elisabeth, llevada por el instinto y las señales de su cuerpo (descamación y protuberancias verdes), escapa a una cueva donde crea una especie de crisálida que (ja, ja, ja) emite luces y sonidos. Venga, es un efecto increíble, no nos salgamos del hilo, porque esas escenas molan. Y al contrario de lo que podría parecer completa su siguiente estadio: transformarse en una bella adolescente. Así que en poco más de un año tenemos un ejemplar de unos 16 o 17 años. Está claro que en su mente sigue siendo una niña, pero en poco tiempo adquirirá la madurez precisa incluso para… enamorarse. Y oye, hasta le quita el novio a su madre. ¡Que nunca fue suyo, está claro! Pero Elisabeth lo vio primero.

Hasta aquí un resumen del personaje, que sigue siendo bondadoso: “Qué mundo más contradictorio. Luchar por la paz”, afirma cuando se da cuenta de que la Resistencia debe volver a las andadas para no dejar la Tierra al mando de los alienígenas. Y tiene toda la razón.

A partir de este momento asistimos a la presentación de los diversos poderes de Elisabeth a lo largo de los capítulos, muchos de ellos desconocidos hasta ahora. En un capítulo Diana afirma que ella le enseñó esos poderes. Interesante pero flojo, ya que apenas se vio, en La batalla final, qué enseñanzas transmitió a la niña, y tampoco se habló mucho de ello. Entre esos poderes tenemos: resucitar muertos (al menos recientes, ¡todo un clásico!); telequinesis, imitar la voz de una persona y recordar momentos pasados al detalle; rastrear a una persona a distancia a modo de radar. Esta chica lo tiene todo, desde hacer levitar a los demás hasta mandarles mamporros desde lejos, incluso derribar cosas.

Cuando un comandante supremo la encuentra, Elisabeth entra en contacto con los recuerdos de su linaje alienígena: visiones y recuerdos de individuos, constelaciones, imágenes de hechos históricos de los visitantes. Ahora, Philip le enseñará Historia, nombrando lo que parece ser el nombre de su planeta de origen: Sulambou. La niña tiene también un contacto psíquico y mental con el Líder. De ello también hablaremos más adelante. Por un tiempo, Willy le enseña a meditar para equilibrar su especial condición, no sabemos bien el qué. Pero esto puede ser el desencadenante del control de sus poderes.

El error del capítulo 3

De entre todas las curiosidades de esta serie, la que más me llama la atención y que no había caído en la cuenta del error generado, es la del capítulo 3. ¡Cuántas veces he visto la serie durante toda mi vida, y no había recordado esto! Resulta descarado, y nunca lo he oído mencionar a nadie. He llegado a sospechar que ese capítulo nunca lo había visto, sin embargo, está perfectamente doblado, y la serie siempre ha sido emitida con sus 19 episodios.

No os mantengo en vilo más. Creo que el capítulo 3 es un error, o un episodio alternativo. O simplemente, les dio igual emitir todas las incongruencias que aparecen. Para explicarlo tenemos que ver el episodio 2, que acaba con Robin escapando de un control policial a la entrada de Los Ángeles, pues los visitantes ya han vuelto a las andadas para entonces. Bien, el capítulo 3 comienza con Donovan y Tyler hablando sobre el hijo del primero, pues sigue preso de los visitantes. Intentando salvar a un niño, son llevados a un campamento de prisioneros donde encuentran a Robin. Allí conocen al hijo de Nathan Bates, Kyle, y escapan todos juntos. Por cierto, que se llevan fatal.

Jeff Yagher es Kyle Bates, el personaje que se presentó dos veces en la serie. Foto: Pinterest.

Y en el capítulo 4 vemos a Robin escapando del control de policía del capítulo 2. Cuando van a atraparla, aparece Kyle y la salva, y se presentan de nuevo. Después, lo lleva a conocer a la Resistencia, y desconfían de él. Bueno, creo que esto es suficiente y no daré más detalles. Un personaje presentado dos veces, una continuidad rota… Por mí está claro que no son episodios “desordenados”, sino que uno de ellos no encaja. He tratado de investigar esto, pero no he encontrado referencias. Os prometo que seguiré en ello, pues estoy seguro de que habrá alguna explicación a este desconcierto.

Un detalle más: en dos ocasiones, durante este mismo capítulo, cambian la voz del doblaje a un personaje, solo unos segundos. Y el personaje de Tyler posee también otro doblaje diferente al de toda la serie.

Lo bueno es que no es la única inexactitud que he encontrado. Varios episodios más adelante, Diana interactúa con un soldado a sus órdenes, Daniel, pero al final del capítulo lo mata. Y al siguiente episodio el susodicho vuelve a aparecer de nuevo con ella. Y no, los capítulos no están colocados al revés, es la continuidad oficial. ¿Se puso este soldado una máscara humana igual que la de su antecesor? De las máscaras hablaré en su debido apartado más adelante.

Nathan Bates y una serie partida en dos

Si desde el principio se veía venir la baja calidad, en muchos aspectos, de esta serie, lo peor fue cuando dieron un giro a peor. A falta de seis episodios para finalizar, asistimos a un brutal acontecimiento. Se cargan a varios personajes y otros “se van”, dejando la trama muy desamparada, pobre en personajes, con una sensación de vacío tremenda.

Uno de los fuertes era mantener a Nathan Bates como un villano de los buenos. Sus intereses están ahí, pero en su peculiar forma de ver la vida, hace lo que puede por la Tierra y sus habitantes. Es el único que mantenía a raya a los visitantes, y sus intervenciones y planes siempre despertaban interés. Pero el giro radical de la serie se carga todo eso.

Como decía al principio, Bates posee el control del Polvo Rojo y chantajea a los visitantes, les permite andar por Los Ángeles a sus anchas, la llama ciudad libre, obligando a la convivencia. Claro, esto es un doble rasero, porque los visitantes siguen procesando… comida. Todos tenemos claro que no son nuestros amigos, pero de ahí a frenarlos, ya es algo. Muchos se preguntan ¿qué hace Bates por los humanos? Aparte de perseguir a la Resistencia, y vigilar a Julie, que trabaja para él y sospecha lo que puede traer entre manos, no hace mucho más. Considera a la Resistencia un obstáculo para la paz.

Aquí tenemos dos métodos enfrentados para obtener el mismo resultado, dos perspectivas diferentes: únete al enemigo para neutralizarlo, o bien lucha y elimínalo.

La práctica de las corporaciones empresariales metidas en política no es nueva en los 80, y no es rara en la actualidad. Los factores dinero, protección, enemigo, líder… están a la orden del día en la mayoría de conflictos que han azotado el siglo XX a lo largo del globo. V no podía ser menos y siempre es un argumento ideal para tramas de este tipo. Ahora, en la vida real la cosa ha ido más lejos, con un presidente empresario que manejaba a su país y al mundo entero con mentalidad de eso, de empresario. Donald Trump, que se erigió como salvador (quién no lo hace, pero a menudo la expresión y las formas van cambiando), que nombró a dedo un enemigo tanto corporativo como político con el nombre de China, y le hizo la guerra con sus teléfonos móviles. Y solo era el principio. Trump, que hacía a su pueblo ir rogando y con el mazo dando…

Pero no nos alejemos del tema central. La figura de Nathan Bates es vital. Quien consigue el poder, tendrá mucho más que eso. Juega las cartas de manera diplomática, es arrogante, irascible, pero un ser humano, al fin y al cabo, con su talón de Aquiles. Una pena que truncaran el statu quo de la serie (estancado de por sí, todo hay que decirlo) dejando el argumento al aire, limitando aún más las posibilidades de hacer algo digno de las producciones antecesoras.

No quiero dejar el tema de Bates sin hablar del Polvo Rojo, que controla Fronteras Científicas. En un momento dado Bates enseña unos informes a Julie que indican que la bacteria está acabando lentamente con la fauna y flora de la Tierra, dada su toxicidad. No sabemos si es verdad o mentira. El caso es que ahí queda la cosa, y no se vuelve a hablar de nada en toda la serie. ¿Posible incongruencia? Entendemos que este arma anti visitantes sigue latente, produciéndose y extendiéndose a la atmósfera durante el resto de capítulos, y por ello los lagartos no tienen el control de todo el planeta.

Y, por otro lado, si todo está contaminado, los humanos también, pues respiran el polvo constantemente. Pero ahí están los visitantes, consumiéndolos y procesándolos sin problema. ¡Ay, guionistas, no pensasteis en todo, ¿verdad?!

La emisora de la Libertad y Radio América Libre

Howard K. Smith como él mismo mientras habla de la Resistencia de España en la Emisora de la Libertad. Foto: Manga classics.

Otro aspecto original de la serie es la Emisora de la Libertad. La mayor parte de capítulos de la primera etapa comienzan con un breve noticiario con el actor Howard K. Smith, interpretando al locutor Howard K. Smith. En él, comenta las últimas novedades de las actividades de la Resistencia por todo el mundo, otorgando medallas de mérito a personas que realizaban hazañas en pro de la libertad humana. Algunas, de carácter póstumo. Esto es una novedad en la serie, pues en las anteriores miniseries no teníamos noticias de la Resistencia en el resto del mundo que, seguro, era mucha, y se daba por sentado.

El señor Smith termina sus intervenciones con sus gestos y frases característicos: “Nuestras esperanzas están con ustedes. Buenas noches”. Después del fatídico giro de acontecimientos, el noticiario desaparece y, en el último episodio, aparece de nuevo la Emisora de la Libertad, esta vez con la actriz Tawny Schneider, interpretando a la periodista Tawny Schneider.

Durante la segunda etapa en un capítulo alguien nombra Radio América Libre. Estos detalles no son desarrollados, pero da una idea de cómo la Humanidad se mueve y organiza por todas partes ante esta segunda oleada de invasión parcial. Digo parcial porque ya sabéis que no en todas partes el Polvo Rojo mata a los visitantes, y allá donde pueden subsistir, no dudéis de que aterrizarán.

Tecnología Visitante

Podríamos sacar muchísimas conclusiones revisando la tecnología que nos presentan en este apartado. Como, por ejemplo, ¿por qué narices no invaden la Tierra a la fuerza, si ya todos saben quiénes son y lo que hacen? Claro, está el factor de dañar el planeta hasta hacerlo inservible, y eso no lo pueden permitir. Pero seguro que tienen algo para conseguirlo, como la bomba termonuclear de cada nave nodriza.

El Procor y la contramina. Es una droga que sustituye a la conversión, proceso que parecen haber abandonado, al menos en parte. Creo haber entendido que la contramina es el principio de esta droga. En V: la batalla final, aparece el suero de la verdad, para personas que resisten la conversión habitual. ¿Es la misma droga?

Generadores holográficos. En el capítulo 3 (ese extraño capítulo del que hemos hablado antes) encontramos estos simpáticos artilugios. Se colocan como un colgante y consiguen que la persona a la que desean engañar vea en ti a alguien querido o cercano, incluso disfrazan el entorno haciéndolo pasar por un lugar en el que realmente no estás. Guiándonos por los diálogos, al parecer usan los deseos de la víctima para generar visiones falsas. Pero, ¿cómo saben lo que la víctima va a ver? En cierto momento, Lydia lo utiliza para hacerse pasar por Julie, al igual que Diana. Pero, ¿por qué Donovan iba a ver a Julie también? Esto es un poco espinoso.

Campo de fuerza desintegrador. Clásico en la ciencia ficción. Realizado con un metal muy pesado que no existe en la tierra, llamado sorbóreum.

Encapsulador. Este es el artilugio que Mary Kruger presenta a sus allegados para triplicar la rapidez de procesamiento de humanos. Lógicamente, no se ve nada en la demostración, solo colocan a un tío cachas en una especie de cabina abierta, y después de cambiar de imagen se escucha un grito desgarrador. Muy imaginativo, sí señor.

El Trayax. Un arma mortífera que amenaza a la Tierra. Capítulo donde me pude reír bastante. Dejando bromas aparte, porque no vienen al caso, el Trayax es un satélite armado con un rayo demoledor y destructor que orbita la Tierra y, en cualquier momento, si a los visitantes les da por ahí, puede hacer explotar toda una región como… Los Ángeles. Por desgracia, las imágenes no son muy buenas, y siempre aparece de lejos, como un trozo de metal, sin detalles, en medio del océano estelar. Los creativos no lo fueron tanto a la hora de mostrar el Trayax.

Mentamorf. Es un aparato que invade la mente y destruye los deseos de vivir y de luchar, según lo describe Diana. Aquí lo vemos como algo más tangible y detallado: son como unos cristales de cuarzo o mineral gigantes, sobre un pedestal de roca, y que se iluminan cuando entra en acción.

Rastreador óptico. Es el nombre que he podido pensar para describirlo bien. Muy similar a los scouters de los saiyan en Dragon Ball. Un cristal colocado sobre las gafas de los visitantes, que se puede levantar y bajar, y que permite rastrear las huellas de cualquier ser que haya pasado hace poco por un camino determinado. La verdad es que no es muy emocionante, y lo que no entendemos es por qué no lo habían utilizado antes (léase con ironía y humor), como todo lo demás.

Batallesfera. Este sí lo nombran en español. No queda muy claro, porque muchas veces no explican bien el funcionamiento o concepto del aparato en sí. Por lo que he podido entender, la Batallesfera se trata solo de un plan de ataque secreto enviado por el Líder y que es coordinado y ejecutado por la computadora de la nave nodriza. Ya está. Toda la información se guarda en un disquete (sí, señoras y señores, los disquetes son como los que se empleaban en esa época. Parece que los visitantes no eran tan adelantados como nosotros creíamos y copiaban nuestra tecnología). Una vez que era activada la Batallesfera, no se podía detener.

Conversor 2.0. Lo he llamado así porque es una versión mejorada del conversor que veíamos en las miniseries. Este aparato es una maraña de clavijas, cables y una estructura que se coloca en la cabeza de la víctima y la obliga a desvelar pensamientos, los cuales se reflejan en una pantalla. Muy rebuscado pero efectivo.

Espadas desintegradoras. Un cacharro bastante incómodo de manejar, por cierto. El secreto de estas espadas es que en lugar de matar atravesándote (que también podían hacerlo), incorporan un desintegrador nuclear, y si te tocan, saltan chispas y explotas. Supongo, porque desintegrar no es lo mismo que hacer saltar por los aires. Pero cuando la espada toca una roca, ésta ni se desintegra ni explota ni nada. Solo eso, chispas, y ruido, y ya está. Qué triste.

Diana con su característico uniforme blanco y un individuo de su raza sin máscara ni nada. Foto: Pinterest.

Las máscaras. Sí, las máscaras humanas, esas con las que vemos a los visitantes tan parecidos a nosotros (no nos olvidemos de las lentillas, ellos tienen los ojos rojos, un iris amarillo y pupila negra). Me pregunto si las máscaras definen los rasgos reptilianos de los visitantes. Dicho de otro modo: la piel sintética humana que se colocan, ¿traduce su rostro de lagarto a humano?

Cuando aparecen sin las máscaras parecen todos iguales. De eso no hay duda. Y en ocasiones diferentes individuos se han puesto máscaras de humanos concretos, como nuestros amigos de la Resistencia, los protagonistas… Podríamos pensar que existen dos tipos de máscaras.

Pero aquí viene otra pregunta. Cuando aparece Philip, vemos que es igual a Martin. Es su gemelo. Sí, su gemelo, y él mismo lo dice: “nos desarrollamos en el mismo zaygon” (¿el cigoto de toda la vida?). Si su máscara es idéntica a la de Martin, ¿confirma mi primera hipótesis de que reflejan el mismo rostro alienígena que ellos tienen por naturaleza? Aunque, por otro lado, ¿qué razón tenía Philip para colocarse una máscara igual a la de su hermano si podía también colocarse otra máscara diferente? Esto lo dejo a vuestro juicio, porque en verdad, no veo respuestas convincentes, a menos que estén escondidas por ahí.

Curioso cuanto menos el modo de colocarse las máscaras. En episodios pasados, tanto de las miniseries como de la temporada donde estamos inmersos, vemos cómo a veces colocan así, sin más, la máscara encima del rostro. Pero aquí vemos en cierto capítulo cómo unos visitantes emplean un método diferente. Frente a ellos hay una pirámide pequeña con un botón luminoso. Cuando se colocan las máscaras, tocan el botón, éste emite luces parpadeantes y, al segundo, las máscaras se han acoplado a sus cabezas y rostros. ¿Es necesario este procedimiento? Porque si es así, todo lo que anteriormente se había mostrado no tiene sentido. ¿Será uno de los dos procedimientos, más seguro, que fija mejor el material? Misterios sin resolver.

Y hasta aquí la primera parte de esta mega reseña. Os espero próximamente en la segunda parte, para dar carpetazo final. Nos esperan detalles como las costumbres de los visitantes, bodas y sacrificios; curiosidades; y el horrible fin con que acabó la historia.

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *