Vuelven los precursores de la ciencia ficción española

En las últimas décadas ha habido un renacimiento de la ciencia ficción en general: cine, TV, literatura, cómic… la expansión que ha sufrido como consecuencia de esa generación que en los setenta, ochenta y noventa del siglo XX creció con las espectaculares obras en diferentes medios ha dado su resultado de forma masiva. Así como se ha desarrollado en muchos aspectos, ahora le llega el turno a los clásicos precursores de esa tímida pero a la vez, atrevida, ciencia ficción española. El siglo XIX dejó una marca indeleble con nombres que ahora están en la más absoluta actualidad.

Y no creo que esto se detenga aquí, es solo el principio. Podemos pensar que el steampunk, dieselpunk… por poner unos ejemplos, ya nos transmiten ese lado clásico que nos lleve a épocas recientemente pasadas con el espíritu científico y de anticipación que inspiran. Pero en realidad, y mucho más cerca de lo que imaginamos, el verdadero clásico no tiene nombres complicados ni etiquetas: surgió en un tiempo y sociedad tan diferentes y lejanos que han quedado enterrados en el olvido y el desconocimiento.

Como ya he mencionado en muchas ocasiones, en España hubo una oleada de creatividad, anticipación e ingenio a lo largo del siglo XIX amparado también por el desarrollo tecnológico a nivel mundial. Sí, nuestro país tuvo una edad dorada que sirvió como caldo de cultivo pero que por desgracia se hundió en la miseria de tantas convulsiones históricas y sociales como ha vivido a lo largo de estos últimos doscientos años. Dejando a un lado exhaustivos análisis para los que no estoy debidamente preparado ni documentado, pero sí tengo conocimiento de la ocurrencia, pretendo hacer llegar a mi público, a todo el público posible, mi entusiasmo por una labor artística y social como es la recuperación de esos clásicos precursores.

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Cuentos ilustrados completos. Nilo María Fabra.

¿Y por qué son precursores? Como he mencionado, el siglo XIX fue la cuna del desarrollo de la ciencia y la tecnología, principalmente desde Europa. Todo ello también tuvo su eco en España, y nombres como Nilo María Fabra (fundador de lo que hoy día es la Agencia EFE de Información), Enrique Gaspar y Rimbau y otros más cuyos nombres no dejarían espacio a este artículo; todos ellos, hombres y mujeres de espíritu valiente y que creían en sus ideas, el buen progreso y los adelantos para mejorar la calidad de vida personal y social; todas estas figuras que hoy día ni reconocemos o nos suenan por ser el nombre de alguna avenida o parque de nuestras ciudades, realizaron un acto primordial y sobre todo de anticipación.

La primera máquina del tiempo, el primer Gran Hermano, los primeros aventureros que se adentraron en la exploración del cuerpo humano, el primer hombre menguante. ¿Sois capaces de asimilar lo que digo? Estos son solo algunos de los ejemplos de lo que nos queda por saber. Una de las mejores formas de conocer el pasado de nuestros inicios literarios en la ciencia ficción es en el libro de ensayos Historia de la ciencia ficción en la cultura española, donde se desgrana el género en la literatura, cine, cómic, teatro y TV desde el siglo XVIII. La otra es volver a disfrutar y poder leer ciertas y selectas obras inencontrables en las librerías de hoy.

Para esta última opción ha surgido la Editorial Gaspar&Rimbau, que ha iniciado su andadura con tres títulos imprescindibles. Para muchos les sonarán los nombres de tres figuras (una de ellas de letras francesas): Enrique Gaspar y Rimbau (que da nombre a la editorial) con El Anacronópete; Nilo María Fabra con Cuentos Ilustrados Completos y Albert Robida con La guerra en el siglo XX. Puede que así, tal cual, no sean gran cosa. Pero si nos acercamos un poco nos daremos cuenta de lo que fueron en su día, y que su legado construyó nuestro presente. Que sus obras (no solo las literarias, también tuvieron otras dedicaciones) contengan elementos que hoy día nos parecen normales porque estamos acostumbrados a ver y disfrutar de esos objetos que tan comunes son en nuestra época desde hace tiempo -o similares-, a mí me resulta maravilloso.

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La guerra en el siglo XX, de Albert Robida.

En el caso de Gaspar, creó, en 1884, aunque se publicó tres años más tarde, la primera máquina del tiempo de la historia de la literatura. Una máquina que volaba, funcionaba con electricidad y sentó la teoría de la paradoja temporal. Es cierto que solo viajaba al pasado, pero Gaspar elaboró toda una hipótesis científica del funcionamiento de la máquina y del propio viaje temporal, resumido en su famosa afirmación de que «El tiempo es la atmósfera». Curiosamente esta teoría de viajar en el tiempo es casi la misma que usa Superman para devolver la vida a Lois Lane en la película de Christopher Reeve. De modo que Gaspar, en general, se adelantó, que sepamos, a cualquier otra máquina del tiempo en la literatura y la cultura a gran escala.

Nilo María Fabra creó distopías de guerra mucho antes de que sucedieran, imaginó una tiranía de vigilancia personalizada en la población, dejando al individuo sin oportunidad de intimidad, haciendo surgir así a un Gran Hermano primigenio.

Por lo que respecta a Albert Robida, creó artefactos de guerra y otras formas de ataque, como las armas químicas, décadas antes de la I Guerra Mundial, donde se usaron, asombrosamente, todas estas armas por vez primera. También ideó otros aparatos tecnológicos y plasmó todo su ideal en ilustraciones para sus libros.

“A todo el mundo le gusta decir que ha leído, pero a muy pocos les gusta el esfuerzo de leer”.
 
En Gaspar&Rimbau hacemos libros para lectores valientes, que no se dejan amedrentar por autores raros, complicados y especiales. Queremos tender puentes entre los mundos de grandes ideas y los lectores ávidos de escucharlas. Apostamos por los lectores que disfrutan la camino, y no solamente llegar al destino.
Sabemos que estos lectores son mucho más exigentes que la mayoría, y eso nos inspira. Por eso hacemos nuestros libros con todo el cuidado que merecen.
Lo hacemos especialmente para ti.
 
Manifiesto de G&R
 

El objetivo de Editorial Gaspar&Rimbau es muy clara: dar a conocer al mayor público posible todos los precursores de la ciencia ficción española; devolver el conocimiento perdido al lector, interesar y crear nuevas propuestas y necesidades a un público ávido de nuevos retos que se alimenten de lo que un día fue la gran novedad; no solo se dirige al lector especializado, sino al general para dar oportunidad de que otras generaciones entiendan de dónde viene todo lo que actualmente disfrutan y conocen. Nada de lo que hoy día tenemos al alcance de nuestra mano ha surgido de la nada. Mucho antes de nacer nosotros alguien lo pensó, se acercó a la idea, la plasmó, y otros, después, la usaron o la perfeccionaron. O simplemente, que lo que a alguien se le pudo ocurrir en un momento dado, quizá otros ya lo imaginaron pero no dejaron rastro, o su conocimiento quedó en el olvido.

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El Anacronópete. Enrique Gaspar y Rimbau.

Las ediciones que se presentan son también especiales. Se han elegido estos tres autores por su originalidad y calidad literaria en linea con el pensamiento que la editorial desea transmitir al público. Recuperar libros en la colección Recuerdos del Futuro que tienen algo en común: la lengua española (aunque no se de en el caso de Robida, que es francés; también formarán parte más autores de otras nacionalidades como ingleses o norteamericanos), el factor casi exclusivo en la anticipación de hechos u objetos concretos en la historia de la literatura, tales como inventos o situaciones que posteriormente fueron, o bien copiados, o bien reproducidos, o tan solo reinventados por otros autores que desconocían su existencia. Pero lo más asombroso es que a ojos de la sociedad en que fueron divulgadas estas obras, todo resultaba inverosímil, si no imposible. Hemos comprobado que en nuestra época hay cosas que no han cambiado.

La presentación de las ediciones ha procurado imitar, a modo de facsímil, a los originales. Las ilustraciones se han limpiado digitalmente; los detalles decorativos de las páginas se han pulido para ofrecer la mejor calidad; se ha actualizado parte del lenguaje que podría resultar tan arcaico que haga que la lectura sea imposible de seguir o confusa; las portadas han sido cuidadosamente clonadas desde las originales, a excepción de Cuentos ilustrados completos de Fabra, que al compilarse tres libros distintos (además uno de ellos carecía de portada), se ha elegido la más llamativa y bellamente artística en su primera edición. Después están los detalles, elegidos y recreados para que la experiencia de lectura sea lo más aproximada a la experiencia del lector del siglo XIX y lograr sentir lo mismo que nuestros antecesores sintieron cuando abrieron sus libros hace 170 años. Además se complementan con los prólogos del especialista en protociencia ficción Alberto García Gutiérrez, presentador del conocido podcast Verne y Wells Ciencia Ficción.

Ilustración de Albert Robida. La linea eléctrica, 1890.

Ya no hablo de la calidad de impresión, el papel, fuentes elegidas, disponibilidad en tapa dura o blanda… el trabajo que hay detrás de la recuperación de estas obras es ingente. Y lo mejor es que el precio de los ejemplares está al alcance de cualquiera. A pesar de tener en tus manos un libro de una calidad excelente (personalmente disfruto con algo así), las ediciones de Gaspar&Rimbau no solo accederán a un público exigente, sino que crearán más público.

No hay duda de que ahora es el momento para recuperar estos clásicos precursores de la ciencia ficción española, principalmente, y europea. Ahora que estamos desbordados por tantas series de TV, películas y libros plagados de viajes en el tiempo, tragedias, inventos imposibles, argumentos a cual mejor y más impactante, es hora de volver la vista atrás y contemplar cómo y de qué forma, España, hace casi dos siglos, fue puntera en innovación literaria, imaginación y calidad literaria para un tiempo difícil en el que los avances médicos, científicos y tecnológicos nos superaban con creces desde otros países europeos.

Ilustración de ‘El Anacronópete’. Fuente: cervantesvirtual.com

No vamos a encontrar grandes batallas estelares o terrenales, dosis vulgares de violencia, machos alfas ni princesas desvalidas; ni sangre, palabrotas o argumentos tan difíciles de hilar que deban formar parte de trilogías preestablecidas. Hay nombres españoles, comunes y graciosos; tecnología increíble pero en algún aspecto, primitiva. Carecen de espectaculares efectos especiales pero la carga intelectual y artística es intensa.

El pasado viernes 26 de octubre la Editorial Gaspar&Rimbau presentó la colección Recuerdos del Futuro en la librería Gigamesh de Barcelona. A continuación os dejo el video de la presentación, en la que se desgranan más detalladamente las claves de la filosofía de la Editorial Gaspar&Rimbau, los autores precursores que inician la colección y las preguntas y comentarios de los asistentes a la presentación. En ella intervienen, como he dicho antes, Alberto García, y por supuesto Andrés Massa, el editor.

Web Editorial Gaspar&Rimbau

Web El Anacronópete

Presentación Recuerdos del Futuro

Demostración de la edición de La guerra en el siglo XX, de Albert Robida

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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