‘El mundo Hókun’, de Gabriel Bermúdez Castillo (1971) [Reseña]

El mundo Hókun es la primera incursión de Gabriel Bermúdez Castillo en la ciencia ficción, pero no en la literatura. Este título con cinco relatos, el primero de los cuales da título al conjunto, es tan variado como pintoresco, y se resume como el precedente a su posterior obra. Es un honor leer el primer y gran libro de ciencia ficción de alguien también grande, tanto en lo artístico como en lo personal.

El mundo de Gabriel Bermúdez

En el universo e imaginario de un autor se conjugan siempre, de alguna forma, su esquema personal de ver las cosas y la experiencia de lecturas anteriores. De una forma u otra, en El mundo Hókun se dan las claves para la futura carrera literaria de Gabriel Bermúdez. En las cinco siguientes historias encontramos la materialización, en pequeñas narraciones, de la ingente obra de culto que ha conformado, a lo largo de más de cuarenta años, un escritor cuya voz se ha mantenido como una de las más importantes de España en materia de ciencia ficción.

La muestra que nos ocupa hoy fue el escaparate y declaración de intenciones de Gabriel en su primera incursión en la literatura de ciencia ficción. En una época en la que este género literario no gozaba de mucha popularidad (y la poca que tenía era tachada de «rara», marginada desde la literatura canónica imponente en ese temprano 1971). No así sus hordas de lectores, que eran muchos. La afición que publicaciones como Nueva Dimensión (Domingo Santos) llevaba un tiempo alentando es muestra del empeño de una parte del país por ofrecer algo casi inalcanzable, tanto desde Norteamérica, Gran Bretaña y otros países.

Todo tiene un principio

En este caso, como he comentado antes, El mundo Hókun representa lo que está por venir, una anticipación a la obra que más adelante Gabriel desarrollaría de forma magistral. No solo en la creación de historias, personajes, homenajes, universos; sino en el difícil logro de dar a luz una narrativa personal que en ningún momento de las décadas siguientes decae, ni se estanca, sino que evoluciona, experimenta. Así como el nivel de Gabriel se ha mantenido siempre en las expectativas de sus lectores, su narrativa alcanza un grado artístico poco común en sus comienzos entre los colegas extranjeros de su época.

Cabe destacar que la primera edición acompañaba el pseudónimo de Gael Benjamín, y en esta nueva edición se han recuperado las ilustraciones de Carlos Giménez, veterano de la historieta española con Dani Futuro (1969) y publicaciones en las revistas Toutain.

Dicho esto, creo que España ha dado más escritores dedicados no solo al comercio en masa de sus novelas de ciencia ficción sino entregados al arte de escribir, de comunicar y comunicarse con los lectores; más preocupados por la estética que por la rapidez y volumen de ventas.

Gabriel Bermúdez. Fotografía: Sportula.

El mundo Hókun

Primer relato que también da título al libro. Desde el primer momento notamos la influencia que más adelante delata uno de los personajes. Gerard, el protagonista, tiene unas extrañas visiones donde él mismo se identifica como un hókun, no un hombre. Hasta que comienza a mezclar realidades y es secuestrado por unos militares que le interrogan bajo amenaza de tortura. El mundo del que cree proceder, el mundo Hókun, homenajea a clásicos góticos y de terror, como H.P. Lovecraft, E.A. Poe, Bierce, Gorki, Gogol

En el mundo Hókun todo es violencia, desesperación, una lucha por vivir o morir, matar o ser devorado. No hay diferencia entre la maldad humana (de los hókun y las giakum) y los seres, criaturas y dioses que pueblan el oscuro y cenizo planeta. Entre tanta fatalidad, el desenfreno sexual de los habitantes conjuga perfectamente con el carácter salvaje del planteamiento social de la civilización hókun. Un perfecto cuadro del anti-paraíso, de donde nadie querría permanecer nunca. Un planeta que es un infierno.

Pero el morir no importa demasiado en el mundo Hókun

El mundo Hókun. Gabriel Bermúdez Castillo

Narrativa, elementos

El mundo Hókun capta toda la atención de los lectores, de la historia, por encima de Gerard y su interrogatorio. Es un relato no solo de misterio, sino de terror, de horror y ciencia ficción, donde la historia termina por unos derroteros nada esperados o, más bien, perfilados durante la narración. Algo así como un antecedente de Las ilusiones perdidas. El ágil y sorprendente manejo del lenguaje y la estructura narrativa del relato (algo que adelanta lo que, repito, será su obra futura) sobresalen brillantemente para mejorar aún si cabe la presentación al mundo de Gabriel Bermúdez.

Porque los elementos en los que el relato se sustenta, son cruciales para devorar cada linea y aplaudir el desenlace. Gabriel, ahora lo entiendo, siempre fue un genio para engañar al lector hasta la revelación final: la primera de sus numerosas marcas personales y uno de los motivos por los que debe recibir el título de maestro narrativo.


El pulpo

Breve, extraño, onírico… Todo un universo y múltiples visiones para tan poco espacio. Aunque aquí, lo que importa es el pulpo. Merecedor de dos lecturas, confieso, he acabado teniendo claros la situación y contexto. Sí, la clave está en el pulpo, por llamarlo de algún modo. Porque, si en eso estamos de acuerdo, a veces, una criatura innombrable puede recordarnos a otra bien conocida, y así se queda.

En la introducción, Mariano Moreno Cortina nos habla de que este relato es un antecedente a La piel del infinito (que será el próximo libro en reseñar en CosmoVersus). Y, en verdad, he podido comprobar la increíble semejanza entre esta criatura y la de la novela de 1978. Según tengo entendido, es posible que Gabriel anticipara y/o se basara en antiguas historias para desarrollar futuras narraciones, tal como ha sucedido con las ya reseñadas hace poco La última lección sobre Cisneros y Duerme, querido monstruo.

Así, en esta ocasión, una gigantesca masa encefálica es usada, conectada a multitud de sistemas y aparatos, para localizar una nave terráquea que ha perdido la comunicación. Las imágenes obtenidas son muy crípticas. Lo que los técnicos no esperan es la verdadera interpretación que tendrán que aceptar…


El profesor y los sapos

El siguiente relato contiene humor, ironía, hechos inexplicables (tampoco hay que explicarlo todo). El profesor Daniels despierta un día viendo cómo las personas de su alrededor van cambiando de forma. A forma de sapos. En ocasiones, las descripciones que el autor nos ofrece parecen no coincidir exactamente con sapos pero, al fin y al cabo, una suerte de batracios, cuyas palabras pringosas y extrañas, comprende a la perfección.

Y, mientras, el profesor Daniels sigue su día a día: clases de historia en la Universidad, encuentros casuales con bellas damas…

La Historia del ser humano

Si bien la historia es simple y nada desarrollada, esto la hace mejor: porque asistimos a la vida del profesor Daniels, de cómo reacciona, en qué piensa, quién es exactamente… al ritmo en que su alrededor va cambiando. Algo que, por cierto, solo él parece percibir. Y así transcurre su existencia, entre clases de Historia. No solo avanzamos en la multiplicación de los sapos, que mantienen el nombre y la vida de las personas con las que Daniels interactúa, sino en sus clases: desde la Guerra Civil Norteamericana hasta nuestros días.

¿Y qué caracteriza esta época del siglo XX? Creo que Gabriel nos da una lección de metalenguaje en su propio relato, porque es bien curioso lo que va sucediendo al final de la historia cuando le escuchamos hablar en una de sus clases: «(…) -Resumen de nuestra civilización. ¿Cuáles son sus exponentes actuales más destacados? ¿Qué caracterizará a nuestra época frente a otras más posteriores en el tiempo? (…) -Los viajes en el tiempo, profesor. (…) -Pero también la literatura de ciencia ficción, y la revolución en el arte (…)».


1944

El más breve de todos, apenas unas cuatro páginas. Y más sencillo imposible. Pero ya sabemos qué significa sencillez en las narraciones de Gabriel. En esta ocasión, trata de una serie de carreras de artefactos móviles equipados con terribles armas que compiten en unas autopistas para poder llegar a la meta.

Lo primero que a muchos se les vendrá a la mente es la serie animada de Los autos locos, esa maravilla de dibujos creados por Hanna Barbera en 1968 y que a los de mi generación nos hizo disfrutar maravillosos momentos. Claro que en 1944 es todo más serio, porque esto es más cruel todavía.

Genio concentrado

Como he dicho antes, la poca extensión de este relato concentra multitud de datos que expanden una historia que, por lo demás, también deja mucho a la imaginación. Y es que, además, Mariano Moreno cree ver en este relato otro antecedente, esta vez al clásico El señor de la Rueda (1978). Las batallas de los artefactos en las autopistas nos retrotraen a los combates de los castillos (trenes) en las autopistas del planeta Lal 83125 que, por otro lado, es todo un espectáculo steampunk que hará las delicias de los fans del subgénero.


Primera edición de El mundo Hókun. Fuente: Todocolección

Amor en una isla verde

Ganador del premio de la Convención Europea de Trieste en 1971. Con esta novela se da por sentada, más sólidamente, la futura producción de Gabriel a nivel de novela. En base a toda la personalidad que lo define, Amor en una isla verde es la brújula idónea para entender y estudiar el conjunto de su obra. Punto a favor: los ingredientes más explotados por el autor reunidos en su primera, y merecedora de atención, novela sobre-hibridada. De la acción pasa al misterio; del misterio a la distopía; de la distopía al romance; del romance a la revelación. Y ya, cuando no queda casi nada más que exprimir, la puntillada final, la catarsis de una historia tristemente real, fantástica y cienciaficcionada.

Escenarios y romance

En medio del mar, cerca a las costas itálicas, una isla que aparenta ir a la deriva es descubierta donde antes no había más que agua putrefacta. Alia Tormide, de la empresa Bontel, es enviada allí para descubrir qué misterio rodea a esa idílica formación rocosa, repleta de aire puro, vegetación y manjares naturales. Obviamente, como habréis sospechado, el mundo es ahora un lodazal de contaminación que arrecia contra el tiempo. El desastre está cada vez más cerca.

En medio de todo, la Bontel y la Candy pelean por el supremacismo comercial en Europa mediante una guerra de tramposas ideas y violencia sin igual. El entorno distópico más desagradable que haya podido leer hasta ahora, al margen de guerras y búnkeres post-apocalípticos. La sintética existencia del ser humano se define por sobrevivir con las mascarillas al cortante y bacteriano aire y a cruzar una calle sin ser asesinado. Y más aún: el intenso romance tiene su cabida.

-Gracias a ellos hemos descubierto lo que nos faltaba y ahora podemos producir unas vajillas estupendas. Se rompen en la mitad de tiempo que las otras… ya nos encargaremos nosotros de decir que duran y duran.

-Dentro de poco empezarán a llegar quejas de los alrededores, digo yo (…). Hemos limpiado el aire en la ciudad, pero echando toda la basura a los barrios…

-¡Que se atrevan a decir algo!

Amor en una isla verde. El mundo Hókun. Gabriel Bermúdez Castillo.

Amor y sueños

No es para menos reseñable la importancia del romance en esta novela primogénita de Gabriel. Como he dado a entender más arriba, se trata de un precedente absoluto a los romances más sonados que he leído hasta el momento: Espíritus de Marte, Demonios en el cielo y… El país del pasado (2002), la novela más romántica y suave de Gabriel. En estos tres títulos mencionados asistimos a una aventura amorosa clásica y siempre en tensión por la incertidumbre que separa a los enamorados a causa de la diferencia cultural, social o del deber, y en el que no falta su estimulante y dulce erotismo.

Y si queremos pensar en los sueños… sueños de mejorar la existencia humana, esta novela es la más idónea, puesto que denuncia de una tacada varios de los problemas que nos azotan en la actualidad, y que siempre han estado ahí, de una forma u otra: la excesiva contaminación, el desmesurado ansia de consumismo, el poder mundial de las multinacionales, el control mental de las masas y el uso de drogas masivas. Habrá quien no se sorprenda, pero debería hacerlo, porque como veis, esta historia se publicó en 1971. Ni siquiera yo ni la mayoría de los que entráis a CosmoVersus habíamos nacido. El mundo y sus problemas no se inventaron ayer. No pequemos de adanismo.


Valoración final

Para no enrollarme ni hablar más de la cuenta, El mundo Hókun es el escenario perfecto para entrar a la obra de Gabriel Bermúdez desde cero. Claro que se puede hacer con cualquier obra suya, como hice yo por distintos motivos. Pero lo verdaderamente interesante aquí es observar la evolución y los antecedentes que nos brindó; conectar diversos nombres, historias y obras (porque lo están), estudiar lo peculiar de sus novelas. Ahí radica el interés artístico y narrativo.

Así, El mundo Hókun resume muchos aspectos de la obra del autor, facilita entender su posterior creación, superándose en todos los aspectos en las casi cinco décadas posteriores. Es, sin duda, cuadro expositor de un trabajo iniciado en ese 1971 que le produjo un premio (y muchos posteriores). El inicio brillante de un experto en lengua, nacimiento de una narrativa inigualable, de sus recursos más rebuscados para cazar al lector (como lo ha hecho conmigo). Mirar con perspectiva este libro de relatos es una suerte que deseo a todo fan de la ciencia ficción española.

El mundo Hókun. Gabriel Bermúdez Castillo. 1971

Editorial La biblioteca del laberinto, S.L. 2013

Colección Delirio, Ciencia ficción y fantasía.

Rústica con solapas. 238 páginas.

Ilustraciones de Carlos Giménez en B/N.

Introducción de Mariano Moreno Cortina.

ISBN: 978-84-92492-794

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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