Mi trabajo de corrección y revisión de textos con Saturnino Farandoul

Mi trabajo de corrección y revisión de textos con los libros de Saturnino Farandoul. Este es el trabajo que me ha facilitado Gaspar & Rimbau Editorial. Os voy a explicar la experiencia y el proceso que he llevado a cabo para esta tarea de gran satisfacción.

Mi trabajo de corrección y revisión de textos

Como habéis comprobado, estos últimos meses he estado reseñando la colección de los Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul, de Albert Robida, editados por Gaspar & Rimbau Editorial. Cinco maravillosos libros donde encontrar aventura, ciencia ficción, anticipación científica… un amasijo de increíbles ingredientes literarios que amenizaron las postrimerías del siglo XIX con historias que aún hoy siguen de actualidad y se leen tan frescas como cualquier otra novela de éxito.

El paradigma literario en la ciencia ficción ha avanzado poco a lo largo del siglo XX, y una milésima en el siglo XXI (démosle tiempo, ¡solo han pasado 20 años!). Digo muchas veces que hoy en día ya está todo inventado, por muchas razones. Una de ellas está en los libros de Albert Robida, concentrando gran cúmulo de recursos, críticas adelantadas a su tiempo (o, quizá, nos lo parezcan, pero es que el siglo XIX era tan moderno como lo somos ahora, solo que de otra forma).

El caso es que os voy a contar cómo ha sido el trabajo de revisión y corrección de estos libros, qué decisiones he tomado, tiempo y esfuerzo, satisfacción final, etc. Os aseguro que he llegado a temblar solo con escuchar el nombre del protagonista y ver los correos de Andrés, el editor.

Meses y meses

Más de un año. Ese ha sido el tiempo empleado en la revisión de los textos originales en español. ¡Ojo! He trabajado sobre estos textos porque el objetivo de la editorial, como ya sabéis, es realizar una edición lo más parecida a la primera en nuestro país. La narración es francesa, y por primera vez llegó a España a manos de Antonio Castiñeira quien, tal vez por las normas de la época, tal vez porque se le fue la mano, dejaba mucho que desear en cuanto a estilo.

Ahí es donde haré mucho hincapié. Me he leído cada libro unas cinco veces. Cinco veces se dice pronto. El español reflejado en las primeras ediciones, datadas en 1884, no es muy diferente al de hoy en día. Paciencia he tenido, pero a medida que leía y releía podía reírme como un cosaco y penetrar más a fondo en las críticas del autor. Resulta agotador, no obstante, pero si planificas como yo lo he hecho, dejas márgenes de días para descansar la mente y asimilar lo leído, termina siendo fácil.

Lo importante es el estilo

La RAE se fundó en el siglo XVIII, así que llevaba mucha más carrera en las fechas que Antonio Castiñeira tradujo esta obra. No sé si fue por tiempo, por descuido, por lo que sea, que el estilo que dejó en las imprentas de Ricardo Fe a veces baila, y más aún cuando un lector del siglo XXI se acerca a él. No voy a culpar en absoluto de las expresiones, dichos y reglas ortográficas de su época; sencillamente, a veces se saltaba ciertas normas que habrían ayudado a unificar el texto.

Ahí entro yo. Detectar estos fallos, por así llamarlos, para nombrar el mismo sustantivo siempre con mayúscula o minúscula; unificar expresiones, adaptar algunas normas a nuestro uso actual… No siempre ha sido necesario, en estos casos, y es comprobable para cualquiera que lea esta nueva edición, que la pátina del español de esa época sigue ahí.

En mi trabajo de corrección y revisión es primordial. Cada cual decide según su forma de trabajar.

¡Empezando a corregir!

El siguiente filtro ha sido readaptar algunas cosillas a nuestra época, como proposiciones, adverbios, expresiones, conjunciones, estructura de frases… ligeros cambios que hoy en día sí dificultan un poco la lectura al quedar tan obsoletos y anticuados. Por suerte, a pesar de ser muchísimos, no modifican el texto de Castiñeira. En este caso, las comas, que son muy importantes. Parece que al traductor le regalaban las comas a granel y las lanzaba al texto más o menos al azar. ¡Fuera de bromas! Sí, he tenido que suprimir bastantes, y cambiar de lugar otras tantas para que el texto fluya más fácil a la hora de leer. Salta a la vista, al primer encuentro con las narraciones de Robida, y ha sido el mayor trabajo de esta revisión. Cómo no, las comas van acompañadas de otros signos ortográficos que también he corregido estratégicamente: puntos, interrogaciones, rayas de diálogo, etc.

Luego vienen cosas mayores. En particular, y dado que el texto lo ha requerido, me refiero a los sustantivos y nombres extranjeros (nombres de países, ciudades, ríos, montañas, tribus…). Saturnino viaja por todo el mundo: de América del Norte al Sur, por Asia, Oceanía, se interna un poco en Rusia, se pierde en el Polo Norte, y lo vemos con sus amigos liándola en Francia. Por lo que, en consecuencia, hay numerosos nombres propios de lugares y accidentes geográficos.

Investigando el original

Esto es lo que más trabajo ha dado obligándome a echar mano del original francés, y a tenerlo en cuenta para corregir muchísimos errores garrafales. Es verdad que existen nombres que, o bien ya han desaparecido de la geografía, o han cambiado con el transcurso de los años. O son inventados. Muchos no los he logrado localizar. Otros los he adaptado ortográficamente. Pero sobre todo, y lo más importante (lo repetiré), es la unificación del estilo.

A menudo nos podemos encontrar con un libro que escriba el mismo nombre de una forma u otra según le venga, que se salte normas ortográficas sin sentido, por olvido o dejadez. Eso es lo que evito, tanto en mis narraciones como en la revisión del texto de Albert Robida. Corregir esos fallos de antaño. Las aventuras de Farandoul se leen como siempre, el vocabulario se mantiene, ciertas fórmulas expresivas típicas del español de su época se quedan donde están. Únicamente aquellas cositas que quedan como ilegibles para hoy en día han sido subsanadas.

Extranjerismos en cursiva, fallos de imprenta, notas aclaratorias a pie de página… Puedo decir que me lo he pasado “pipa” a pesar del cansancio, pero todo trabajo bien hecho y superado es más que satisfactorio. Y a propósito de las notas al pie de página, que el editor y yo hemos recopilado para que la información del texto sea más rica todavía: veréis que en los dos primeros tomos hay menos, y eso es porque el texto no parecía requerir tantas. Es lo que hemos determinado. Sin embargo, a partir del tomo 3, se multiplican.

Notas al pie de página

¡Las notas al pie son una de las cosas más apasionantes que he tenido que elaborar para esta edición! Y las más delicadas, porque para ello he tenido que realizar investigaciones históricas y pedir asesoramiento filológico. Uno de los puntos fuertes de las novelas de Saturnino Farandoul es el contexto histórico. Son escenarios reales, donde los personajes no solo se mueven entre sus historias, sino en eventos y sucesos históricos reales; y no solo eso, sino que tenemos que sumar referencias del autor que no quedan explicadas, por lo que el lector pierde información o le falta sentido para comprender lo que está leyendo.

Al dar la vuelta al mundo nos encontramos con numerosos ritos, costumbres y celebraciones culturales. No hace falta decir que todo esto es importante para entender lo que se lee. Llegar a estos datos ha sido, en ocasiones, un verdadero quebradero de cabeza, pero la mayoría de veces lo he conseguido. Claro que he tenido la ayuda del editor, que también ha hecho su trabajo. ¡Es por eso que las notas del Grupo G&R se merecen un aplauso!

Total satisfacción

El nivel de conocimientos que otorga la investigación es incuestionable; y el proceso, una belleza. En este caso, mi trabajo de corrección ha propiciado horas de debate con el editor para decidir qué dejar como está o cambiar; para encontrar cosas que el otro no ha visto, para informarle de alguna solución. Impagable, así lo encuentro yo. Un trabajo que te enseña gramática, cultura y que, además, se valora él solo; un mérito adherido a tu currículo y que marca un antes y un después.

Otro matiz importante: centrarte en el estilo que lees. Acostumbrarte a entender al autor, a conocerlo a él y a su forma de escribir. Ayuda muchísimo, porque facilita la lectura, te familiarizas y lo comprendes mejor. Se nota bastante cuando, al terminar, coges otro libro. Es algo parecido a cuando pasas mucho tiempo hablando con una persona, que se te quedan grabados en la mente su voz, su tono y su forma de hablar durante un rato, y cuando hablas con alguien diferente, parece que aún escuchas a la anterior.

En resumen, mi trabajo de corrección y revisión ha resultado muy gratificante a diferentes niveles, y espero que al público le parezca igual de cómodo leer los libros como a mí de realizar esta tarea. ¿Cuál será el próximo?

mi trabajo de corrección

Tripulación CosmoVersus

Marcos A. Palacios
Marcos A. Palacios
Administro CosmoVersus y colaboro con la Editorial Gaspar & Rimbau, donde he publicado mi primera obra antológica 'Fantasía y terror de una mente equilibrada' y corregido y anotado los libros de los 'Viajes muy extraordinarios de Saturnino Farandoul', entre otras ocurrencias. Mis reseñas van más allá del mero apunte de si este o aquel libro me ha gustado mucho o no. Busco sorprender y animar a los lectores a leer y compartir mi experiencia personal con los libros, igual que los compañeros de CosmoVersus. Soy muy retro, y no por mi edad, pues a los 20 años ya estaba fuera de onda. Perdón por no evolucionar al ritmo de los tiempos, pero es que soy yo.

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